“PSICOLOGÍA PARA MÚSICOS”: ENTENDER NUESTRA MENTE PARA MEJORAR NUESTRO RENDIMIENTO. Segunda jornada de Pedagogía del Conservatorio Superior de Música de Valencia

Por Cristina Simó Monleón

El pasado miércoles 11 de octubre tuvo lugar en la sala de estudio de nuestro conservatorio la segunda jornada de Pedagogía. Corrió a cargo de la Dra. Annalisa Ferrarini, ponente que impartió también la jornada del día anterior. La conferencia abarcó diversos temas relacionados con la psicología, todos de gran interés para cualquier instrumentista. Además, cabe destacar que se realizaron dos ejercicios prácticos que permitieron al alumnado aplicar los conocimientos trabajados durante la mañana.

En primer lugar, la ponente comenzó hablando sobre la personalidad. Tras definir este concepto y explicar los métodos de investigación que se utilizan para estudiarlo, introdujo un apartado especialmente interesante: ¿cuáles son los rasgos de personalidad que favorecen el disfrute de la actuación en público? La respuesta puede resumirse en cuatro grandes apartados: personalidad cristalizada (poca necesidad de confirmación y validación de otras personas), locus de control interno (creencia de que lo que sucede depende de uno mismo y no del destino, el público o el profesor), extroversión y alta búsqueda de sensaciones y emociones fuertes. Además, aunque el factor genético tiene inevitablemente mucha importancia en la adquisición de estas cualidades, también se puede realizar un trabajo para desarrollarlas. Lo ideal es llevar a cabo este trabajo en áreas colaterales de la vida, en situaciones cotidianas, exponiéndose progresivamente a momentos desafiantes hasta que la respuesta se convierta en un rasgo interiorizado y automatizado dentro y fuera del escenario.

Otro concepto que apareció en numerosas ocasiones a lo largo de la conferencia fue el enjoyment, es decir, el placer: que la música sea algo muy importante y muy serio para todos nosotros no implica que no deba ser divertida y disfrutable. Lo contrario de la ansiedad escénica no es exactamente la calma, sino el enjoyment. Además, los músicos tocamos con el cuerpo, y mientras tocamos, todo lo que pasa en nuestro cerebro emocional nos repercute directamente; por eso es tan importante tener en cuenta las emociones durante el estudio, a través por ejemplo de una historia o una guía emocional.

La Dra. Annalisa Ferrarini durante su ponencia

La segunda parte del taller se enfocó en la explicación de consejos prácticos respecto al método de estudio. En primer lugar, es fundamental prestar mucha atención a la primera etapa del estudio, aunque a veces resulte tedioso. Los humanos podemos aprender voluntariamente o accidentalmente (debido a las neuronas espejo), pero sólo podemos olvidar accidentalmente, nunca voluntariamente. Así, para “olvidar” voluntariamente algo, nos vemos obligados a reescribir lo aprendido, creando un nuevo camino en nuestro cerebro a partir de un estímulo que ya tiene una fuerte asociación con el camino preestablecido. Es por esto por lo que corregir errores es mucho más difícil y requiere mucho más tiempo que aprender algo desde cero; para evitar esta situación, es muy recomendable que la primera fase del estudio se lleve a cabo minuciosamente.

Otra recomendación de la ponente respecto al método de estudio fue dividir la obra a estudiar en fragmentos con significado. Por otro lado, para comprobar que se ha aprendido realmente una pieza, el instrumentista debe ser capaz de recrearla mentalmente sin huecos; para ello es buena idea visualizarla, reescribirla, tocarla muy lento o dividir la pieza en secciones y practicar empezando a tocar directamente en cualquier sección. Finalmente, es muy útil tocar delante de gente o mediante grabaciones, así como intentar practicar en el espacio en el que se realizará la actuación.

El último aspecto teórico de la ponencia trató de la lectura musical. Cuando leemos un texto, nuestro cerebro sabe identificar las palabras más importantes para así ahorrar tiempo. Esto también sucede en música, aunque es más difícil, ya que se tienen en cuenta dos ejes: la armonía y el contrapunto. Se ha demostrado que los pianistas tienen esta capacidad mucho más entrenada: según el estilo de la obra, modifican su esquema de lectura. Los buenos lectores no miran nota por nota sino áreas más grandes, se fijan en el principio y final de cada frase y se anticipan, parecen saber lo que buscan en la partitura. En cambio, los malos lectores van mirando nota por nota y construyen el significado a partir de lo que ven.

Los conocimientos musicales previos influyen mucho en la manera en que leemos y por tanto en el producto final, en la interpretación. El conocimiento de la estética y la armonía, los clichés y modelos que conocemos, modifican nuestra lectura a primera vista. En esta línea, cabe destacar el llamado “error del corrector”: según el contexto de la obra, los músicos profesionales pueden leer algo diferente a lo que está escrito, “corrigiendo” algún “error” sin darse cuenta, gracias a su bagaje musical. Esto puede ser una ventaja o un inconveniente: si la pieza a interpretar es de un estilo conocido puede ser una ayuda, pero es un peligro si el intérprete no está familiarizado con ese tipo de música. Es por esto por lo que es muy importante tocar todos los estilos; cuanta más variedad musical incluimos en nuestro repertorio, mejor sabemos leer a primera vista.

La Dra. Annalisa Ferrarini y la alumna Andrea Font durante el ejercicio práctico.

Por otro lado, el primer ejercicio práctico consistió en una simulación de un concierto. Andrea Font, estudiante de canto, fue la encargada de llevarla a cabo interpretando una breve pieza. Después, el resto de asistentes evaluaron los hechos objetivos que sucedieron durante la interpretación: la cantante interpretó la pieza sin pensar, en “piloto automático”, aunque por momentos sí se conectó con la música. Cuando cometía algún pequeño error, hacía un gesto de disculpas con las manos; esto cortaba el flow. La propia Andrea habló de la importancia de visualizar la actuación antes de comenzar, precisamente para evitar poner el “piloto automático”. Tras el intercambio de opiniones, se repitió el ejercicio y esta vez la interpretación fue brillante: la alumna cerró los ojos unos segundos antes de empezar, estaba mucho más conectada, utilizó más sus manos, hubo mucha más expresividad.

Finalmente, el taller finalizó con un segundo ejercicio práctico: se trató esta vez de la simulación de un examen de instrumento. La alumna Mariam Avetyan interpretó un breve fragmento delante de otros tres alumnos, que simularon ser un tribunal. Después, estos tres alumnos debatieron la nota y se la comunicaron. Se llegó a la conclusión de que, como profesores, es muy difícil juzgar y poner una nota. Además, es imprescindible explicar el por qué de la nota y no limitarse a decir un número sin más.

En definitiva, la segunda jornada de pedagogía fue un encuentro de gran interés, donde alumnos como profesores tuvieron la oportunidad de aprender sobre psicología aplicada a la música, adquiriendo así más recursos para su propia formación. Los conocimientos aportados por la Dra. Annalisa Ferrarini fueron claros, precisos y muy útiles, con especial hincapié en el apartado práctico de la conferencia.

 

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