“COSÌ FAN TUTTE (ASÍ HACEN TODAS)”, EN EL BENIDORM DEL SIGLO XXI. La última ópera del binomio Mozart-Da Ponte en el CSMV

©Vicente A. Jiménez/para CSMV

Por Jaime Ripoll

La semana pasada, los días 2, 4 y 5 de mayo, se representó en el Auditorio del Conservatorio Superior de Música “Joaquín Rodrigo” de Valencia, la ópera de Mozart “Così fan tutte”. En español: Así hacen todas o La escuela de los amantes, siendo éste el título completo de la obra.

Foto ©Vicente A. Jiménez/ para CSMV

Es la segunda vez que se representa esta ópera en el CSMV, la anterior representación tuvo lugar en mayo de 2017, aunque con diferente escenografía y dirección musical. En esta ocasión la dirección musical ha corrido a cargo de Juan Pablo Hellín, la dirección de escena ha sido de Jaume Martorell, la dirección de coro de Nadia Stoyanova, la dirección de escenografía y vestuario de Miguel Ángel Jiménez y el maestro repetidor ha sido Francesc Gamón.

Mozart compuso Così fan tutte sobre un libreto de Lorenzo Da Ponte, y fue estrenada en Viena en 1790. Esta ópera cierra la trilogía Mozart-Da Ponte junto con Las bodas de Fígaro y Don Giovanni, que casualmente se ha representado también en Valencia, en el Auditorio Les Arts esta misma temporada.

Elenco completo                                                        Foto ©Vicente A. Jiménez/ para CSMV

El tema de esta ópera es la infidelidad (de ellas). Dos parejas de jóvenes que están muy enamoradas, Dorabella y Ferrando, y Fiordiligi y Guglielmo, se ven envueltas en una trama de enredo urdida por Don Alfonso, un cínico filósofo que pretende demostrar que estas dos mujeres (como todas), son infieles. Don Alfonso, amigo de los chicos, y Despina, sirvienta de las chicas, disfrazan a Ferrando y Guglielmo consiguiendo que las jóvenes se enamoren cada una del prometido de la otra.

Foto ©Vicente A. Jiménez/ para CSMV

En el libreto original, la trama se desarrolla en Nápoles, en esta versión se ha cambiado la localización trasladando la misma muy cerca de nuestra ciudad, concretamente a una playa de la Comunidad Valenciana, la bahía de Benidorm. Es en este enclave donde se desarrollarán los dos actos de esta ópera, tal y como exigen los cánones de una ópera del clasicismo, unidad espacial, temporal y de acción.

Antes de comenzar la representación

La entrada al Auditorio estuvo amenizada por un grupo de transformistas, que realizaron también la función de acomodadoras, ejecutando esta tarea con gran simpatía y amabilidad. Este ambiente continuó durante la interpretación de la obertura, ya que mientras sonaba la misma se proyectaron diversas imágenes y vídeos de este grupo de artistas. Y se extendió hasta la primera escena, que se desarrolló en un supuesto Pub también de ambiente “trans” de nombre “Cosi Versal”.

Un tanto chocante resultó el disfraz de los albaneses, que aparecieron vestidos de mujeres en varias escenas, una situación rara que el público no llegó a entender. La estética de algunas escenas se parecía demasiado a una chirigota. Posiblemente se trataba de un guiño para transformar un libreto claramente machista, en algo políticamente correcto.

Seguramente no era necesario pedir perdón por el contenido de una obra maestra escrita en 1790, por muy modernos y feministas que nos sintamos en 2023. También resulto sorprendente la propuesta de vestuario, muy alegre y colorista, pero totalmente ajena a lo que expresaban los decorados. Estos situaban la acción claramente en el Benidorm actual, mientras que el vestuario no se sabe donde se pretendía ubicar.

Escena con los seis protagonistas en distribución simétrica

La orquesta sonó correcta y con profesionalidad de la mano Juan Pablo Hellín, siempre atento a todo lo que ocurría en el foso, en el escenario y en el patio de butacas donde se situó el coro.  No hay que olvidar la dificultad intrínseca que supone preparar este difícil repertorio con la alternancia de músicos y cantantes para las distintas representaciones, que un proyecto educativo como este requiere. Escuchamos a un Mozart sin estridencias, con matices, rematando siempre con sus clásicos y deliciosos ritornelos.

Los protagonistas.  Foto ©Vicente A. Jiménez /para CSMV

Los seis protagonistas estuvieron brillantes en sus papeles, haciendo disfrutar mucho al público de la exquisita música del genio de Salzburgo. Todo un lujo para el CSMV poder contar entre su alumnado con un grupo de artistas de este nivel. Destacamos a la soprano Marina Cuesta, en el papel de Despina que estuvo espectacular, tanto en la parte actoral como la musical y al tenor José Abellán en el papel de Ferrando.

El coro, caracterizado como un grupo de turistas “guiris” de veraneo en Benidorm, tuvo un papel correcto, pero mucho más reducido que en otras óperas. Posiblemente un movimiento escénico algo más alegre y jocoso hubiera empastado mejor con la escenografía principal.

Todo el elenco junto al director de la orquesta, Juan Pablo Hellín

En resumen, una buena velada donde pudimos disfrutar de la ópera, de la mano de unos estudiantes y profesores que cada año se ponen el listón más alto. Bravo y enhorabuena a todos los participantes.

 

 

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