Durante muchos siglos la música ha sido identificada como una actividad, en el ámbito laboral, principalmente relacionada con el mundo masculino; para las mujeres, excelentes cantantes, instrumentistas o incluso compositores, la actividad musical era considerada como una «dote» para enriquecer su figura de buena esposa y madre.
Esto ha determinado, hasta hace pocos años, no solo las diversas clasificaciones que afectan a los instrumentos destinados a los hombres y a las mujeres, sino también la imposibilidad de estas últimas de integrarse en el mundo del trabajo musical.
Según algunas estadísticas, las cosas todavía están cambiando en los conservatorios y especialmente en las orquestas; muchas mujeres al romper los esquemas impuestos por la sociedad, tocan cada vez más instrumentos de viento-metal y percusión, considerados por excelencia «masculinos».
Sin embargo, en comparación con los hombres, su representación y su éxito, son muy inferiores y poco reconocidos, tanto que no lograron obtener un papel en la orquesta hasta 1913, cuando la Queen’ s Hall Orchestra de Londres contrató por primera vez a músicos de figura femenina. Gracias a la pasión y a la dedicación, todas las mujeres que constantemente luchan por establecerse en este mundo, han contribuido de manera incisiva al desarrollo de la historia femenina en relación con este sublime arte que es la música.
Hoy en día, de hecho, aunque ser mujer es a menudo un límite dentro de la sociedad, las encontramos activas en todos los aspectos musicales, desde la música clásica a la moderna, desde las actuaciones instrumentales o corales, hasta la dirección o la composición.
También otras circunstancias evidencian este gran cambio; dentro de las candidaturas para las movilidades europeas recibidas en los diversos conservatorios, emerge una gran cantidad de músicos femeninos. Uno de ellos es el Conservatorio Superior de Música «Joaquin Rodrigo» de Valencia, que en el año 2021/2022, acogió a un gran número de talentosas músicos de toda Europa, con precisión 15 en el segundo semestre. La fuerza, la determinación y el amor por la música han distinguido a todas ellas, revelando cuál es el verdadero secreto que permite perseguir y finalmente realizar los propios sueños, sin rendirse nunca.
«Soy una músico, directora de mí misma y compositora de cada pieza que toco, porque aunque no soy yo quien los escribe, de alguna manera siempre pongo el mío en reproducirlos. Cuando hablo de mi trabajo, obviamente incluyo el hecho de ser trombonista y cantante, pero me encanta escribir y hacer música cuando tengo la oportunidad. En cuanto a estas últimas, muchas personas muestran una reacción y una comprensión muy diferentes de las anteriores. ¿Por qué? No debería ser tan extraño, en la época en que vivimos, ver a una chica tocar un instrumento como el trombón. Sin embargo, muchos se hacen preguntas inapropiadas. En realidad no tengo muchas respuestas que dar; vivo de toda la música que me rodea y el trombón representa plenamente mi personalidad. No conozco otra manera de expresar lo que tengo dentro en cada momento de mi vida.»
– Ida Spanò, Calabria, Italia.
«Cada vez que le digo a alguien que estoy estudiando música, me preguntan qué instrumento toco. Respondo que soy una cantante, para ir más allá de las habladurías. Lo que quería decir, en realidad, es que también toco el saxofón, el piano, la guitarra, escribo música y preparo arreglos, me expreso a través de la música. Pero esto nunca lo diría porque sé que no ser perfecta en ninguno de ellos y de alguna manera tengo la impresión de que en este mundo debes ser bueno en todo lo que estás estudiando, porque de lo contrario resultaría como un hobby. Al final no soy solo una cantante, soy una músico con todo lo que tengo. No soy una cosa y no quiero serlo. Vivo entre las líneas de la imperfección y me encanta.»
– Susann Schaarschmidt, Alemania.
«Estudio el saxofón clásico en Detmold (Alemania) y estoy acostumbrada a estudiar solo con hombres. Venir a Valencia me mostró que aquí el porcentaje de estudiantes varones/mujeres es más o menos igual. Pero todavía me pregunto por qué, a pesar de que en Alemania la mayoría de los niños que comienzan a estudiar el saxofón son mujeres, la escena profesional del saxofón clásico sigue estando dominada por los hombres. Sin embargo, personalmente para mí no es extraño tocar con muchos hombres a mi alrededor.»
– Esther Brüstle, Detmold, Alemania.
«Creo que la música es un lenguaje universal y que todos, independientemente del sexo, deben poder expresar a través de ella. Soy una violinista y amo la música en 360 grados y espero que las diferencias, distinciones dentro de este mundo que solo debería admitir notas, armonía y mucho corazón.»
– Arianna Albi, Sicilia, Italia.
«Nunca pensé que no podría hacer una cosa solo porque soy mujer. No existe lo imposible.»
– Vincenza Tizzone, Sicilia, Italia.
“Soy flautista desde 12 años pero mi sueño es convertirme en directora de orquestra. La primera vez que hablé de esto con un grupo de amigos un chico me preguntó porqué yo quería hacer un trabajo de hombre. Quiero que en un futuro muy cercano todas las mujeres puedan soñar con ser lo que quieren sin sentirse equivocadas.”
– Sofia Gottardi, Trentino Alto-Adige, Italia.
“A menudo me preguntan qué quiero hacer en la vida. Quiero enseñar y vivir de la investigación. Y lo primero que me dicen es que soy muy ambiciosa y que además del trabajo también debería pensar en formar una familia, pensar en tener hijos, así que me aconsejan que me dedique solo a la enseñanza. Me pregunto por qué hoy las mujeres tienen que escuchar ciertas cosas y por qué nuestra ambición debe estar sujeta a los «deberes de las mujeres», decididos obviamente por una cultura patriarcal. Lo que me gustaría sería despertar en un mundo donde cada mujer pueda ambicionar, sin sentirse culpable, ser quien quiera y ocupar el puesto de trabajo que desee sin encontrarse ante esa absurda encrucijada ¿familia o trabajo?. Deseo a todas las mujeres que sean ambiciosas en este mundo que, por desgracia, desea seguir insertándonos en lugares cercados.”
– Chiara Guarino, Avellino, Italia.
Esta posibilidad de expresar pensamientos, estados de ánimo, emociones sentidas respecto a este tema, podría ser una verdadera ocasión, para transmitir valor a todas aquellas mujeres que, aunque sea por un segundo, pensaron que no lo lograrían.
¡Nada detiene tanto el progreso humano como creer en lo imposible!
-Las chicas de Erasmus
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