ALEXANDRE ESCRIVÀ: ENTRE LA MÚSICA Y LA LITERATURA. Publica en Editorial Alfaguara su primera novela.

Por Carmen Mayo

Alexandre Escrivà estudió el grado superior de música en el Conservatorio Superior de Música «Joaquín Rodrigo» de Valencia y, posteriormente, el máster de interpretación solista en el Conservatorio Superior «Katarina Gurska» de Madrid. Ha sido miembro de jóvenes orquestas como la Jove Orquestra Simfònica de Barcelona, la Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana, la Joven Orquesta Nacional De España y la European Union Youth Wind Orchestra.

Portada de la novela

Por otro lado, ha sido galardonado en diferentes concursos musicales como el 2º premio en el X International Clarinet Competition “Saverio Mercadante” de Italia, 1º premio en el “MMM! Segundo concurso para jóvenes clarinetistas” de Valderrobles, 2º premio en el XVIII Concurso de Jóvenes Intérpretes Ciutat de Xàtiva, 2º premio en el “II The North International Music Competition” de Suecia, 2º premio en el International Music Competition 2019 “Paris” Grand Prize Virtuoso de Francia, y 1º premio en el V International Music Competition “Grand Piano in Palace” de Rusia, entre otros. Además, ha sido miembro del jurado en el International Online Competition Young Performers on Wind, Brass and Percussion Instruments “Fanfares of Lviv Quarantine 2020” de Ucrania.

Actualmente, compagina la interpretación con la docencia y la escritura.

«Un amanecer, muy cerca de la Navidad de 2018, la cabeza de la joven Sarah Evans aparece en medio de una calle concurrida de San Francisco. La ciudad se despierta con horror y la policía encuentra el resto del cuerpo en casa de la víctima […]»

P.- Alex, así comienza tu primera novela que se acaba de publicar: «El último caso de Willian Parker», y nada menos que por la editorial Alfaguara. En el CSMV te recordamos como un excelente alumno y brillante clarinetista, pero desconocíamos totalmente esta faceta literaria tuya. ¿Cuándo nació este impulso tuyo hacia la escritura?

R.- En realidad, escribo desde pequeño. Supongo que todo empezó con los concursos de relatos del colegio. Conseguía llegar a la final muchos años, pero nunca ganaba. Durante mi etapa en el instituto sí que gané alguno, pero nada que traspasase las paredes del centro. Siempre me ha gustado escribir y veía esos concursos como el mejor momento del año escolar. En mi último curso de instituto, pasó algo que me hizo pensar. Fue como un punto de inflexión. El profesor de Literatura organizó un concurso de cartas de amor por San Valentín. No se trataba de inventarse un relato como los años anteriores, pero era escribir y, al fin y al cabo, tenía un mundo de posibilidades a mi alcance. De modo que pensé: «no puedo escribir la típica carta de amor ñoña, he de escribir algo diferente». Y así lo hice. Al día siguiente de la entrega de cartas, el profesor vino a mi mesa para preguntarme de dónde había sacado mi texto. «Lo he escrito yo», le dije. Él comentó que el texto era muy bueno y que no se lo creía. Al parecer, lo había buscado en internet, pero no lo había encontrado. Sin embargo, no quiso valorarlo y me quedé fuera del concurso.

Alex, firmando ejemplares en la reciente Feria del Libro de Madrid.

Los años siguientes, durante mis estudios en el CSMV, escribí relatos, algo de poesía y tuve mis primeros intentos de escribir una novela, en vano. Fue en 2020, con la llegada del Covid-19 y el confinamiento de varios meses, cuando me puse a escribir en serio.

P.- En concreto, ¿cómo fue el proceso de creación de esta novela? ¿en algún momento pensaste que se publicaría y en una editorial de tanto recorrido?

R.- El proceso fue largo, sobre todo porque llegué a abandonarla unos meses. Se suele decir que hay dos tipos de escritores según su método de creación: los de brújula, que van improvisando a medida que escriben y dejan que la historia avance sola, y los de mapa, que lo tienen todo pensado antes de ponerse a escribir. Yo empecé esta novela con la brújula y, cuando llevaba 270 páginas, vi que me estaba yendo por las ramas y que la historia no había por dónde cogerla. Decidí abandonarla y empezar otra, pero algo, o mejor dicho alguien, me hizo cambiar de opinión. Como no iba a escribirla, le conté la historia con pelos y señales a mi pareja. Estuve más de una hora contándole todo lo que tenía pensado y la vi sorprenderse, incluso erizarse en algunas ocasiones. Cuando terminé, me dijo: «tienes que escribir esa historia». Así que la empecé de nuevo, obviando todas las páginas que había escrito. Hice un curso de escritura de novela negra y, con todas las herramientas necesarias, pude terminar la novela. Esta vez fui más escritor de mapa, aunque yo diría que soy una mezcla de los dos tipos: suelo tener muy claro qué quiero que pase a lo largo de los capítulos, pero dejo que los personajes sean ellos mismos y van surgiendo los diálogos prácticamente solos.

En cuanto a la pregunta de la publicación, he de reconocer que soy una persona ambiciosa. Cuando era niño ya decía que de mayor escribiría un libro y, desde que me puse a escribir con más seriedad, he tenido el deseo de publicar en una editorial importante. ¿Quién no querría algo así? Que pensara que podía conseguirlo ya es otra cosa. Me informé sobre el mundo editorial y vi que era tremendamente difícil que los grandes sellos se interesasen por mi manuscrito, sobre todo porque yo no era nadie en ese sector. Pero tampoco tenía nada que perder. Así que moví la novela e, inesperadamente, lo conseguí. Ahora mismo estoy en un sueño.

En el stand de Editorial Alfaguara. Gran acogida de su novela.

P.- Has estado firmando ejemplares recientemente en la Feria del Libro de Madrid y la propia editorial Alfaguara te define como «el nuevo joven prodigio del thriller español» ¡nada menos! Se trata de una novela negra, con mucho suspense… imaginamos. ¿Te interesa especialmente este género? ¿Puedes contarnos algo de la trama sin desvelar el misterio?

R.- La novela negra y el thriller me interesan mucho. Son los géneros que más leo y, además, están en un momento buenísimo. “El último caso de William Parker” empieza con la aparición de una cabeza decapitada en una calle de San Francisco. El especialista en asesinos en serie William Parker lleva un año en excedencia, pero tratará de olvidar lo que sucedió en su último caso para resolver el misterio de esta muerte macabra. Por otro lado, el experiodista valenciano Fernando Fons, llegado recientemente a San Francisco tras huir de un trágico reencuentro, sigue la búsqueda del asesino que la prensa ha apodado «el Verdugo». Parker y Fons se embarcarán por separado en una carrera hacia el peligro, aproximándose también a un secreto que muchos intentan esconder a toda costa.

Se trata de una historia narrada a tres tiempos con ritmo ágil. A pesar de la crueldad de la muerte inicial, la lectura no se hace incómoda en ningún momento. Los lectores más sensibles podrán leer el libro sin problema. No sé si soy el nuevo joven prodigio del thriller español como la editorial afirma, es mucho decir. Solo soy un músico que ha escrito una novela. Espero que os guste mucho.

P.- Tu formación musical ha tenido algo que ver en la manera de enfrentarte a los personajes, al desarrollo de la historia… En cierto modo, la música también trata de narrar, de transmitir un mensaje, de desarrollar un tema… ¿Encuentras algún paralelismo entre música y literatura?

R.- Yo diría que todo lo que he estudiado, vivido, escuchado y leído está presente en la persona que soy ahora y en lo que hago. Por supuesto que veo paralelismos entre la música y la literatura. ¿Cuántas veces nos habrán dicho en las clases de instrumento, de cámara u orquesta lo de «esto es un personaje y este, otro totalmente distinto»? Al final, la música también tiene su ambientación en forma de harmonía, sus personajes con diferentes timbres, un final de frase suspensiva que te deja con ganas de más, y un último acorde que, de alguna forma, te lleva a experimentar una satisfacción difícil de explicar.

Fotografía realizada por Maribel Server en Valencia.

Hace poco escuché a Santiago Posteguillo, autor del libro “Roma soy yo”, decir que los escritores no son necesarios para sobrevivir, pero sí para vivir. Lo mismo pasa con los músicos. Al igual que las demás artes, la música y la literatura son los colores de la vida, y no estamos como para vivir en blanco y negro.

P.- Suponemos que tu carrera musical sigue evolucionando y con proyectos a la vista, ¿puedes contarnos qué actividad desarrollas actualmente en este sentido o qué tienes previsto en un futuro cercano?

R.-Para ser sinceros, este curso/temporada ha sido una locura, pero ha sido bonito, todo hay que decirlo. He compaginado la docencia con trabajos en bandas y orquestas, y todo con la escritura presente cada día. Empecé la temporada con una gira de casi dos meses con una compañía de ópera por España y Francia. Durante esos meses estaba trabajando en las revisiones de la novela y, como nos pasábamos los días viajando, tuve que escribir en el autobús. Mis compañeros de la orquesta bien saben lo mucho que trabajé. La gira la enlacé con una colaboración con la Banda Municipal de Barcelona, donde he ido a tocar frecuentemente los meses siguientes.

En cuanto al futuro, mi intención es encontrar algo más de estabilidad. Como todos, supongo. Tengo un par de proyectos de cámara en el aire, pero con nuestros trabajos y viajes a veces es complicado juntarnos. Hay otros proyectos en camino, pero no voy a desvelar demasiado. Solo diré que seguiré tocando y escribiendo

.https://www.penguinlibros.com/es/novela-negra-misterio-y-thriller/324584-libro-el-ultimo-caso-de-william-parker-9788420475332

Enhorabuena, Alex.¡Desde aquí te deseamos muchos éxitos!

 

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