Por Irene Simbor Lozano
El pasado 4 de abril el Conservatorio Superior de Música de Valencia acogió a cientos de escolares de diferentes colegios para presenciar un concierto diseñado a su medida.
Los alumnos de la especialidad de Pedagogía, bajo el nombre de Grupo Musidaktikos y con la dirección de la profesora Amelia Medina, ofrecieron un espectáculo muy diverso que entusiasmó al público.
El concierto se titulaba Mi voz entre continentes y quería destacar los derechos de los menores para conmemorar el Día del niño, que se celebra en España el 15 de abril. En el concierto se narraba el viaje de una niña por diferentes países de todo el mundo. Empezando por Siria, donde la niña perdía su voz (en una clara referencia a la terrible situación que viven los niños sirios en estos momentos), tenía que viajar por todo el mundo para recuperarla. En cada país se hacía referencia a un derecho universal de los niños, que la protagonista debía recuperar con la colaboración del público.
Utilizando este hilo conductor, se interpretaba música propia de los países por los que viajaba la niña, pero, además, el espectáculo recogía gran cantidad de contenidos transversales.
Los colegios visitantes que llenaron el Auditorio fueron: el Colegio San Antonio de Pego, el Colegio Ciudad Artista Fallero de Valencia y el Colegio Luis Vives, también de Valencia. Destacó el protagonismo del público, que no se limitó al papel de mero espectador, sino que colaboró con mucho entusiasmo en el avance de la historia, cantando, bailando y saliendo de voluntarios al escenario. Los profesores de música de los respectivos colegios también aportaron su trabajo, enseñando previamente en clase las principales canciones que aparecían en el concierto.
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Gran impacto causaron los grupos de percusión y didgeridoo:
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En total, el concierto didáctico implicó a más de 40 personas entre alumnos y profesores del CSMV, la mayoría de ellos de la especialidad de Pedagogía. Cabe destacar que los alumnos no solamente participaron en la realización y puesta en escena, sino que el proyecto se fue gestando durante meses en el aula de forma totalmente colaborativa. Las ideas de todos se fueron sumando hasta concretar el último detalle. Cada uno pudo participar de diferente forma en el proyecto, con aportaciones que se complementaban entre ellas: diseño de logos, narración de la historia, organización y logística del espectáculo, control de luces y vídeo, interpretación de las piezas musicales, gestión de las redes sociales, etc.
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Gracias a la música los niños fueron capaces de identificar continentes, países y ciudades
En definitiva, los alumnos de Pedagogía demostraron que son capaces de pasar a la acción, llevando a la práctica los principios teóricos que estudian en su especialidad a través de un proyecto tan enriquecedor como éste.
Y esto no termina aquí. Tras la buena acogida que recibió el concierto didáctico, los futuros pedagogos y su coordinadora Amelia Medina esperan que la experiencia pueda repetirse durante los próximos años.
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