Música y teatro, colaboración profesional en la Inglaterra de Shakespeare

Por Dani Blanco

            Los medios de comunicación nos bombardean continuamente con modelos educativos mágicos que parece que sean la solución a todos nuestros problemas. Pero muchas veces no nos paramos a pensar que éstos vienen determinados por la situación cultural  y tradicional del país y no se pueden comparar, y mucho menos aplicar de raíz en un sitio que no comparte ésta misma. Pero si hay un método que ha sido utilizado tradicionalmente es el de la práctica profesional, por el que los alumnos, con su bagaje educativo, se enfrentan de cara a lo que puede ser un futuro. En música se ha aplicado de muchas maneras, destacando principalmente las prácticas artísticas en orquestas y las docentes en conservatorios, pero ¿qué pasa con estudios como Composición?

            En este artículo hablaremos del nuevo proyecto educativo que desde hace 2-3 años se realiza en el Birmingham Conservatoire en colaboración con la Birmingham School of Acting. Las dos escuelas, que en el curso 2017-18 se fusionarán en el Birmingham Conservatoire of Music and Drama, pertenecen a la Birmingham City University de Birmingham, segunda ciudad más grande del Reino Unido, a escasa media hora de Stratford-upon-Avon, ciudad de nacimiento de William Shakespeare.

            Música y teatro en estudios superiores no son algo nuevo, por poner un par de ejemplos, la Guildhall School of Music and Drama ofrece dentro de una institución educativa superior de música, arte dramático; otro centro como el Koninklijk Conservatorium (o Conservatorio Superior de La Haya, en Holanda), ofrece dentro del “departamento creativo”, opciones como el T.I.M.E. (This is Music-theatre Education), donde se mezcla teatro y composición, en una nueva disciplina que bebe de las ideas de John Cage y de la reciente estética DIY (do it yourself – o hazlo tú mismo).

            En este caso, el departamento de Composición en un proyecto conjunto con la Escuela de Arte Dramático ha iniciado una serie de colaboraciones brindando a alumnos, seleccionados por sus características compositivas, la oportunidad de componer para obras de teatro de diferentes géneros, diferentes características y con distintos roles musical dentro de la obra. Normalmente cada compositor se dedica únicamente a una o dos obras durante el año académico, aunque las colaboraciones entre diferentes compositores para una sola obra también son habituales.

            Las obras de teatro que entran dentro de este proyecto son producciones profesionales que se realizan con los estudiantes de último año de arte dramático. Esto obliga a los compositores a trabajar con profesionales del sector, pero a la vez interactuar con alumnos.

            Cada año se realizan un mínimo de 9 obras de teatro, 3 por temporada (Otoño, Invierno y Primavera) donde distintos géneros se mezclan, dando la oportunidad de trabajar en teatro naturista, teatro físico, teatro conceptual, etc. Todas las obras siguen normalmente un calendario prefijado, que incluye: una semana de preproducción, cuatro de ensayos y una semana de producción con 5 representaciones. En este periodo de tiempo el compositor trabaja activamente teniendo que cumplir una serie de objetivos dependiendo de las decisiones de producción. También influye el espacio donde se realiza la producción, no es lo mismo una producción pensada para un teatro tipo “estudio”, que para un teatro de época o un teatro moderno multifunción.

            El equipo de producción, en el que se incluye el compositor, decide el concepto para el sonido y la música que se desarrollará durante las primeras semanas de ensayo. Unas veces la música original puede ser casi inexistente y tener que trabajar seleccionando música referencial, por ejemplo la producción Macbeth Kill-Bill usó música de películas de Tarantino; otras veces la música ha de ser interpretada mayoritariamente en directo, como en la reciente producción de El Gabinete del Dr. Caligari, donde la música era completamente tocada en directo y tratada electrónicamente con diversos efectos; luego, en la mayor parte de los casos, la música es mayoritariamente pregrabada y si es necesario se añaden pequeños momentos en directo, como canciones o bailes.

            Estas prácticas profesionales ayudan a los estudiantes de composición a desarrollar habilidades que de normal no se desarrollan en el aula, especialmente trabajo en equipo, flexibilidad compositiva y trabajo bajo presión, aparte de conocer de primera mano los entresijos de la producción teatral. También es un ejercicio de estilo y técnica que pone a prueba las capacidades del compositor y lo preparan para un futuro laboral, esté o no relacionado con el teatro. A parte, toda la música compuesta puede también formar parte del portfolio de la asignatura de composición, siempre que se defienda correctamente el concepto de la música y la relación con la escena.

 

A continuación expondré varios ejemplos de obras de teatro realizadas por estudiantes del Conservatorio y de la Escuela de Arte Dramático, ejemplificando la variedad de registros y conceptos.

Obra de Teatro Director/a Localización Concepto
“Los Pecados de Sor Juana”

de Karen Zacarías

Lise Olson Corte del  Virrey de Nueva España, Siglo XVII Pastiche, música del Barroco temprano
“Romeo y Julieta”

de William Shakespeare

Hal Chambers Birmingham industrial de los “Peaky Blinders”. Música folk inglesa
“Ciphers”

de Dawn King

Kirstie Davis Londres, 2016 Música electrónica minimalista
“Los Dos Caballeros de Verona” de William Shakespeare Lise Olson Italia, 50’s Ópera verista -Verona,

Rock&Roll y Mambos – Milán

“Bodas de Sangre” de Federico García Lorca Gari Jones Norte rural de Inglaterra, inicio de los 50’s Enfriar la calidez lorquiana.  Esoterismo. Música Folk.
“El Gabinete del Dr. Caligari” basado en la película muda. Stephen Simms Norte de Alemania, Inicios del S.XX Música en vivo, sintetizadores y electrónica.

Michael Wolters, uno de los jefes del departamento de Composición, sobre estas colaboraciones nos cuenta: “era una colaboración obvia que debíamos tener: creamos música en el conservatorio, y la escuela de arte dramático produce obras que necesitan música. Emplean profesionales en áreas que no están en su programa, como dirección, música, diseño de sonido, etc. Entonces pensamos que sería mútuamente beneficioso el proporcionarles música a la vez que introducimos a los alumnos en el loco y exigente proceso de la escritura de música para teatro”.

            Además, recuerda, “cuando era un estudiante, compuse música para dos producciones en Huddersfield, y me abrió los ojos. Lo que me gustó fue que no es como componer una pieza para un concierto. De repente eres parte de un equipo que tiene ue hacer que una producción salga adelante. La música es una parte pequeña y estás en el fondo de su lista de prioridades, pero lo que creas es crucial para la escena. Encontré este desequilibrio extraordinariamente atractivo y muy sano, ya que realmente no parece que seas importante en el proceso (hasta que desesperadamente necesitan tu música). También es una importante lección de ética de trabajo. Al ser el proceso de producción tan concentrado, necesitan tu atención y presencia todo el tiempo, tengan o no trabajo para ti. A veces los alumnos se quejan de esa parte, pero siempre les digo que esan son sus reglas y hay que seguirlas”.

    

            Pero todavía el proyecto tiene recorrido y puede ir a mejor, teniendo en cuenta que las dos entidades se unirán en una sola institución. El departamento considera que el proyecto todavía está en una fase temprana que irá a más. “Con todo eso en mente, me reuní con Danièle Sanderson [directora de estudios de la Birmingham School of Acting] y hablamos de las posibles colaboraciones. Ya habíamos colaborado anteriormente y esperaba que sugiriera una o dos obras  para empezar. ¡Pero ella quiso nueve! Tenían una gran demanda, y les interesaba el proyecto. No pudimos llenar todos los huecos, pero conseguimos colaborar en seis de ellos. Desde entonces las colaboraciones son habituales, añadiendo más oportunidades durante el año. Sin embargo, la respuesta todavía no es lo buena que podría ser, ya que no muchos estudiantes de composición quieren comprometerse en una experiencia tan intensa. Pero algunos estudiantes quieren hacer más y más después de probarlo. El proceso de trabajar en una producción es insanamente exigente, pero increíblemente gratificante cuando al final una actuación es exitosa. No lo puedes imaginar, lo tienes que vivir”.

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