Por Víctor Marco Vico
Javier Caballero Ros Estudió piano en el CSMV y clave en el CSMC. Ha continuado formándose en la especialidad de Música Antigua y ha realizado numerosos conciertos, tanto en el repertorio clásico al piano, como en la música antigua con el clave. Actualmente trabaja como profesor de piano en el Conservatorio Profesional de Albaida, convirtiéndose en una interesante fuente de inspiración y consejo para guiar a los jóvenes que van a emprender un nuevo camino al salir fuera de su primera gran etapa académica.
P- ¿Cuáles fueron las primeras preguntas o primeras dudas que llegaron a tu cabeza cuando por fin obtuviste el título superior de piano?
R– En mi caso concreto, teniendo en marcha la titulación de clave, mis inquietudes fueron las de conseguir un trabajo para poder comenzar a desarrollarme profesionalmente y compaginar estudios. Más adelante se plantearía la posibilidad de ampliar estudios o enfocarme exclusivamente en proyectos profesionales
P- ¿Crees que la formación de un músico termina con los títulos que lo capacitan como profesional?
R– La vida del músico no acaba con adquirir un título académico, al salir del conservatorio te encuentras en las mejores condiciones físicas y mentales para abordar el estudio pleno del repertorio, la interpretación en conciertos públicos o la formación en docencia.
P- ¿Cuáles fueron las primeras oportunidades que se te plantearon al acabar tu formación en el conservatorio?
R- Al margen de los esporádicos conciertos, de distintas agrupaciones que fueron surgiendo, las oportunidades principales fueron las academias de música privadas, aunque esto representa un inicio duro ya que el salario para nada refleja el esfuerzo que se debe realizar ni la titulación que se requiere para ello. Las clases particulares también fueron cruciales como pequeños ingresos para poder seguir con nuevos proyectos. Esporádicamente surgieron algunos pequeños proyectos de más calibre y mejor remunerados, tipo Palau de les Arts o Palau de la Música.
P- Dentro de las dificultades y penurias que se encuentra cualquier profesional bien formado, debemos añadir las que persiguen a los profesionales de la música, colectivo poco valorado socialmente en el terreno profesional. ¿Qué tipo de problemas te has ido encontrando en tu vida profesional fuera del conservatorio?
R- Principalmente la falta de financiación (Risas). Ofertas para conciertos a cientos de kilómetros de tu casa, llevando tu propio instrumento (el clave) por entre 20-50 €, salarios que no corresponden con la realidad del esfuerzo. La gente no pone en valor lo que uno está realizando encima de un escenario, especialmente en actuaciones musicales de tipo menor como bodas, celebraciones diversas, etc. Parte del problema surge desde dentro del gremio, algunos músicos aceptan trabajos muy mal remunerados, lo que provoca que no se pueda ser competitivo.
P- ¿Has trabajado o pretendes hacerlo fuera del país?
R- Por ahora aún no he trabajado fuera del país, salvo pequeños proyectos con gente de aquí que me han llevado a trabajar fuera de la frontera. De momento no tengo pensado trabajar en el extranjero ya que ahora estoy acabando un máster en Música Antigua en la ESMUC. Cuando lo termine, y viendo como me trate el mundo laboral, estudiaremos las diferentes opciones. Sí que es cierto que tengo en ciernes un pequeño proyecto en México con gente que he conocido en el máster, pero nada más serio y a largo plazo que eso por ahora.
P- ¿Qué país o países crees que son buenos para seguir formándose o incluso como salida profesional y laboral?
R- Yo creo que depende mucho de cuál sea la especialidad de la persona que está buscando dicha formación, y la disciplina que quiera profundizar. Pienso que toda Europa es una miríada fantástica en lo que respecta a academias e instituciones que pueden guiar a uno por las diferentes especialidades, ya sea como músico de cámara, orquesta, especialista en música antigua, música contemporánea o incluso como investigador. También es cierto que yo mismo, al no haber buscado formación fuera de España no tengo un gran conocimiento de los mejores lugares.
P- Como pianista, ¿Qué crees que tiene más futuro laboral, la interpretación de los clásicos o la música contemporánea de vanguardia?
R– Sí es cierto que he tenido contacto con la música contemporánea de mano de COSICOVA, conciertos que fueron los mejor remunerados que he percibido nunca. Por otra parte, veo que, si desde ciertas asociaciones no se busca promover esta clase de música, es muy difícil que vaya a calar.
Sin embargo, la interpretación de los clásicos comienza a adolecer de cierta saturación, el repertorio empieza a ser demasiado común, aún así, siempre va a ser más fácil programar un concierto de música clásica o de repertorio habitual que uno de contemporánea. De todas formas, se empieza a visualizar cierta imbricación entre las obras contemporáneas y las de corte clásico en cada vez más conciertos.
P- Para finalizar, ¿cómo ves el futuro de la música a medio-largo plazo en España? Tanto en la formación como en las salidas laborales.
R- En temas de formación contamos con una red de conservatorios nacionales bastante prolífica en la que abundan grandes profesionales, aunque quizás la oferta de másteres no sea la mejor que se podría ofrecer.
Respecto al tema laboral la situación es más complicada, el músico actual difícilmente puede vivir del concierto, algo que considero una lacra para la profesión. Esta situación esta vedada a unos cuantos que son realmente buenos, también muy relacionado con las tendencias del mercado. Las grandes salas van a apostar por gente que saben que la van a llenar. No obstante, en una escala bastante menor puedes encontrar a gente con ganas de hacer y montar cosas diferentes.
Más allá del concierto clásico habitual, donde no se da explicación de lo que se está oyendo, hay ahora gente que intenta probar cosas nuevas, por ejemplo, intentado hacer más partícipe al público.
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