ÁNGELES LÓPEZ ARTIGA: LA COMPOSICIÓN COMO SUPERACIÓN PERSONAL

 

Grup de Recerca Sonora[1]

 

Resumen

Ángeles López Artiga es una de las figuras femeninas más activa en las últimas décadas del panorama musical valenciano. El presente artículo pretende dar a conocer -y reconocer- su figura, desde el punto de vista de la compositora, la intérprete, la artista, y sobre todo el ser

humano que se encuentra tras

este nombre. Ello se pretende a través de la transcripción de una entrevista realizada a la música valenciana, en la que se hace un repaso a sus principales etapas e ideas musicales, y con la presentación actualizada de su obra que permita un rápido acceso de la misma a quien esté interesado o quiera acceder a su producción.

 

Palabras clave: Ángeles López Artiga; compositoras; música valenciana; Invisibilitat sonora.

 

Resum

Ángeles López Artiga és una de les figures femenines més activa en les últimes dècades del panorama musical valencià. El present article pretén donar a conèixer –i reconèixer- la seua figura, des del punt de vista de la compositora, la intèrpret, l’artista, i sobretot l’ésser humà que es troba darrere d’aquest nom. Això es preten a través de la transcripció d’una entrevista realitzada a la música valenciana, en la qual es fa un repàs a les seves principals etapes i idees musicals, i amb la presentació actualitzada de la seva obra que permeta un ràpid accés de la mateixa a qui mostre interés o vullga accedir a la seva producció.

 

Paraules clau: Ángeles López Artiga; compositores; música valenciana; Invisibilitat sonora.

 

Abstract

Ángeles López Artiga is one of the most active female figures in the last decades of the musical scene in Valencia. This article aims to publicize – and recognize – her figure, from the point of view of the composer,  the performer, the artist, and especially the human being who is behind this name. This is achieved through the transcription of an interview made to the Valencian musician, in which a review of her main stages and musical ideas are carried out, and with the updated launch of her work that allows a quick access to them who are interested or want to have access to her works.

 

Key words: Ángeles López Artiga; composers; Valencia´s music; Invisibilitat sonora.

 

Tras las entrevistas realizadas por el Grup de Recerca Sonora a lo largo de la realización de su proyecto La invisibilidad sonora (Maria Teresa Oller, Dolores Sendra, Teresa Catalán,…), la casualidad quiso que el nombre de Ángeles López Artiga se convirtiera en centro de interés del mismo. El contacto del Quinteto Casulana del que Cristina Aguilera, miembro del Grup de Recerca Sonora, es integrantecon la compositora de Massamagrell abrió la puerta a la presente entrevista. López Artiga asistió el 19 de diciembre de 2017 al concierto realizado en el MuVIM (Museu Valencià de la Il´lustració i de la Modernitat) por la mezzosoprano Consuelo Hueso y la pianista Renata Casero, en el cual interpretaron, dentro del programa Notas en la sombra. Mujeres compositoras, su obra Caminos, junto a obras de Clara W. Schumann, Fanny H. Menselssohn, Cécile Chaminade, Pauline Viardot, Sonia Megías, Matilde Salvador, Mercedes Zavala y Consuelo Colomer. Tras el concierto, Pilar Parreño, violista del

Quinteto Casulana preguntó a la compositora si tenía alguna obra para la formación. Tras confesar que no, fue el germen al nacimiento de Elektra. A partir de ahí, la interpretación de dicha obra fue el nexo para que el Grup de Recerca Sonora contactara con la compositora, la cual se prestó en todo momento predispuesta positivamente a la realización de esta entrevista.

 

López Artiga puede considerarse como una de las personalidades más activas dentro del panorama musical valenciano, lo cual la ha hecho objeto de estudios y monografías como los publicados por Fernando Morales[2] o José Madrid[3]. Igualmente testimonial de su intensa actividad son las constantes referencias y escritos surgidos de su mano, de tipo pedagógico o estéticos, o dedicados a su figura.

María de los Ángeles Paz López Artiga nació en Massamagrell el 10 de abril de 1939, apenas nueve días después de que Francisco Franco firmara el famoso comunicado que ponía fin a la Guerra Civil. Los años difíciles no le impidieron estudiar en el Conservatorio de Música de Valencia. El canto y el piano se convirtieron en su herramienta, y en la forma de colaborar en la maltrecha economía doméstica cuando las desgraciadas circunstancias hicieron naufragar el negocio familiar. Nombres como Inés Vecina y Consuelo Lapiedra encauzaron una musicalidad que la condujo, como a tantos otros músicos de la época, a explorar los más distintos géneros musicales, y así, el nombre de Ángeles López aparece desde muy temprana edad, como pianista de la Jazz Band Orquesta Tárrega, como miembro de Los bohemios, o como líder de Angélica y sus serenader´s. compaginándolo todo con sus estudios

 

clásicos porque era hacia donde realmente quería encaminar sus pasos profesionales (Morales, F. (coord.), 2009, p. 26). El magisterio de Antonio Lucas (piano) y Carmen Martínez y Emilia Muñoz (canto) fijaron las bases de una carrera musical que iba a perfeccionar en la Akademie von Musik de Graz (Austria), con Dino Halpern, y que la conducirían por los más variados escenarios europeos, en su doble condición de pianista y cantante.

 

Como muestra Ángeles López en la presente entrevista, «a la composición llegué por superación de la interpretación: tenía una gran experiencia como soprano y pianista». De la mano de José Báguena Soler (1908-1995), comenzaría una fase de estudio y reflexión que le llevarían a sus primeras composiciones, obras como Cançó de bres per a Marta (1979), para voz y piano, Guamiliana (1980), para bombardino y piano, o la Nana al niño Jesús (1980), para coro mixto. Esta nueva actividad la convertiría en una intérprete/compositora, que en su doble faceta llevaría, junto al repertorio internacional, su obra, y en general la música valenciana y española por todo el mundo, desde la Berliner Philarmonie hasta en Mozarteum de Salzburgo; de Broadway (donde estrenó su ópera El adiós de Elsa) al Palau de la Música de Valencia.

 

Pero no pretenden ser estas páginas introductorias una referencia exhaustiva para adentrarse en el mundo de una intérprete y compositora (cuyo catálogo actualizado puede encontrarse en el anexo a la presente entrevista). Afortunadamente su figura puede rastrearse en diversas fuentes como las escritas por Eduardo López-Chávarri Andújar[4],

 

Bernardo Adam Ferrero[5], en la Història de la Música Catalana, Valenciana i Balear[6], o en el libro Compositores Sinfónicos Valencianos, editado por la Asociación de Compositores Sinfónicos Valencianos (COSICOVA)[7]. Pretenden ser únicamente un pórtico a través del cual acercarse a la figura y pensamiento de esta creadora valenciana, de la cual, como de tantas otras compositoras e intérpretes, tenemos aún muchas cosas por descubrir…

 

ENTREVISTA[8]

GRS: ¿A qué edad comenzaste los estudios musicales?

LA:  Casi que ni me acuerdo…mi padre era músico (pianista y acordeón) aunque se dedicó a otras cosas, concretamente a la diplomacia, que tuvo que abandonar por la guerra; mis primeros recuerdos musicales, se remontan a los cuatro años escuchando El Danubio Azul, interpretado por mi padre; posteriormente, entro en el Conservatorio de Valencia a la edad de ocho años. Mi madre, nacida en Llíria, tenía una gran voz; mis abuelos maternos se dedicaban a las tierras: eran terratenientes y mi abuelo materno tocaba el clarinete; mientras que mi abuelo paterno, era abogado y se dejó la toga por una soprano; ambos se dedicaron a la interpretación y murieron muy jóvenes.

 

GRS: Profesores que destaques en tu formación inicial:

LA: Consuelo Lapiedra, de la familia Lapiedra, hermana del violinista Benjamín Lapiedra que fue director del Conservatorio; fue una gran maestra para mí, he tenido mucha suerte en la vida, me han querido mucho mis maestros. Doña Inés Vecina, maestra nacional, repertorista; tuve una formación privilegiada; vivía enfrente de mi casa, era una gran repertorista.

 

GRS: ¿Hacia dónde se dirigían tus estudios musicales? ¿Cantante, pianista, compositora…?

LA: Mi padre quería que fuera pianista, pero tenía una voz muy afinada y Doña Inés siempre les decía a mis padres que «esta niña hay que enseñarle también a cantar»; era una niña prodigio, compaginaba mis estudios y aprendí a cantar gracias a Doña Inés. Conocí al gran tenor Antonio Cortis que sentía una gran admiración por «mi voz y mi desparpajo».

En aquella época, la gente iba a los teatros…, con 8, 9 y 10 años, yo iba como cantante por todos los teatros de Valencia (Principal, Apolo, Ruzafa, Alcázar, Eslava) que han desaparecido…

 

GRS: ¿Siempre tuviste claro que querías ser música?

LA: Me gustaban los escenarios; era una niña que tenía mucha gracia y cautivaba a la gente, cantaba, tocaba el piano; he dirigido, también, zarzuela. Os cuento la anécdota de que una

 

vez, esperando una representación, teniendo 13 ó 14 años, desde el piano dirigí a una orquesta en un teatro ante el asombro de la gente.

 

GRS: ¿Acabaste los estudios musicales en el Conservatorio de Valencia, en San Esteban?

LA: Sí, efectivamente, acabé todos los estudios en Valencia. San Esteban…, la planta baja, era un taller mecánico.

 

GRS: ¿Qué profesores recuerdas?

LA: Recuerdo muchos; Leopodo Magenti, en su clase me tenía como cantante, como pianista…; León Tello, de historia; Carmen Andújar, mujer de López Chávarri; Manuel Palau, director del conservatorio y Emilia Muñoz.

He interpretado mucha música valenciana, he difundido mucha música; en RNE he realizado grabaciones, de Moreno Gans, de Manuel Palau, etc… Digamos que los profesores me mostraban cierta predilección, al ser pianista y cantante…

 

GRS: ¿Erais muchas alumnas?

LA: No; la gente no le daba por estudiar música; los años 40, 50 fueron años muy duros; hemos pasado muchísimo, la gente intentaba ganarse la vida.

Había más mujeres que hombres; estudiaban música como un «adorno»; los hombres lo que buscaban era tocar de repertorista, en salones de baile, cabarets, en definitiva un medio para subsistir (…)

Mis padres querían educarme en la sensibilidad; me gané la vida haciendo música, tocando el piano y actuando; el tema de la composición vino después, como superación personal. Para ayudar a mi familia, con 14 años actuaba con una orquesta, donde aprendí mucha música y muchas lecciones de vida; eran tiempo difíciles…

 

GRS: Aludes a tu aprendizaje en orquestas de zarzuelas…

LA: Se aprende mucho en ese contexto, te da profesionalidad, es una lección de vida, es experiencia necesaria… Tengo diferentes roles; aunque soy tímida como persona, arriba del escenario soy todo lo contrario; me llamaban de muchos sitios, como pianista y cantante incluso siendo menor. Verdaderamente, estoy muy agradecida porque, siempre, me han tratado muy bien.

 

GRS: ¿Cuándo se inicia tu etapa compositiva?

LA: A la composición llegué por superación, tenía una gran experiencia por la voz y el piano. En los años 70 empecé a componer música clásica, coincidiendo con mi etapa del conservatorio desde el 72.

Mi asignatura entró con el plan de 66, «Repentización, Transposición y Acompañamiento», estando Amando Blanquer de director del Conservatorio. Realicé libros para los alumnos, La transposición, El acompañamiento improvisado y la Escuela del Bajo Cifrado[9].

Aunque cuando era joven ya componía, para ayudar a casa. Iba con una orquesta de jazz, era una mujer muy atípica: Orquesta Tárrega (realizaba todos los arreglos para los músicos),

Los Bohemios (más comercial), fundé Angélica y sus Serenader´s, conjunto de rock, recorriendo toda la geografía española.

 

Con Angélica y sus Serenader´s tuvimos mucho éxito, estuve a punto de marcharme a México, que estaba más desarrollado que España; llegó a venir un representante que me prometió hacer grabaciones e incluso películas en México, pero preferí profundizar en mis estudios de música clásica.

 

GRS: ¿Sigues en contacto con los compañeros del grupo de Angélica y sus Serenader´s?

LA: Los he perdido de vista…

 

GRS: Centrándonos en la entrevista, nos interesa la percepción que tienes sobre la mujer compositora, música.

LA: En el conservatorio entro en el 72, donde estaba María Teresa Oller que yo sepa en Valencia y Matilde Salvador.

GRS: Cuando presentabas tus obras, ¿qué sensaciones te llegaban por parte del público?

LA: Empecé a estrenar fuera de España, por el mero hecho de ser mujer; en aquella época había compositores que todos conocemos y eran ellos los que estrenaban. Matilde sí que tuvo más apoyos, yo misma he interpretado todas sus obras, incluso acompañándome ella al piano ; yo era más joven y no tuve tanto apoyo.

 

GRS: ¿Cómo pudiste acceder a tus estrenos?

LA: Yo tuve una carrera importante como cantante y pianista en el extranjero; a mí me pedían repertorio español y, entre otras del repertorio clásico, interpretaba partituras mías.

[Nos enseña programas de Hungría, Moscú, Alemania, estreno de su ópera en Nueva York…nos cuenta la anécdota de “que habiendo presentado un caché en Graz, al finalizar el concierto le subieron sus honorarios”, como prueba de reconocimiento internacional].

…Me han estrenado antes fuera de España que aquí… Aquí en Valencia no se me conoce, ni siquiera los propios compañeros.

 

GRS: Aquí en el Conservatorio, ¿cómo te encontraste?

LA: Yo, aquí, me he dedicado a trabajar…me volqué con mis alumnos. Nunca he necesitado darme importancia, siempre he trabajado por mis alumnos. Me he centrado en ellos y en mi composición… aunque el profesor Daniel De Nueda me dijo un día «si vols fer carrera no faces escales, sinó puga-les i baixa-les».

GRS: ¿Cómo definirías tu estética compositiva?

LA: A mí los que me estudian me sitúan en una música muy personal, en el expresionismo, el expresionismo mediterráneo

 

GRS: ¿Qué obra te gustaría que se pusiese en valor, que el público, aún no conoce?

LA: Una cantata para coro, dos solistas y orquesta con poemas de Ausiàs March, de una duración aproximada de treinta minutos. No se ha estrenado, ni está editada. El título es Cants de mort, es una obra muy importante, dentro del catalogo de mis obras, pero sobretodo por los textos del poeta valenciano, Ausiàs March.

 

GRS: Trabajaste o has trabajado en el Palau en un ciclo en torno a la música y poesía, ¿verdad?

LA: Si, Las Artes en Paralelo: justamente, ayer mismo hicimos una sesión… Este es un ciclo que se inició hace 29 temporadas, para complementar la formación humanística del alumnado del conservatorio. Organicé en el conservatorio una clase con un compañero escritor y causó sensación, con lo que me fui a dirección a solicitar un aula donde poder realizar las charlas-conferencias y ante la negativa del equipo directivo, fui al Palau de la Música, hablé con el Sr. Conejero, que era el director del Palau y le pareció una idea fantástica, ofreciéndome la Sala B y la Sala Lucrecia Bori para organizar lo que aún, hoy en día, sigue realizándose, el ciclo de Las Artes en paralelo, sin subvención alguna. Todos son amigos que colaboran en el ciclo desinteresadamente: Quinteto Casulana, Eugen Indjic,…

 

GRS: ¿Sigues la música que se hace en la actualidad?

LA: Pues sí. Salvo alguna excepción siguen la moda, se tiende a deshumanizar el arte y esto es un peligro (oyes un compositor y has oído a todos); la juventud está muy dirigida y tienden a una misma dirección (unidireccional), no tienen personalidad. Oscar Wilde dice «el que escribe a la moda está condenado a pasar con ella», y esto es aplicable a las artes.

El arte es complicado. El artista se lleva dentro; el que crea debe crear con el espíritu y la música es el lenguaje del espíritu, pasando, después al intelecto. Primero se siente y después se pasa por el intelecto y se le da forma; crear es una necesidad que tiene el ser humano. La obra compositiva musical necesita de forma musical; si prescindimos de esto la obra no tiene sentido; la juventud no estudia la forma, la estructura… compone sin forma alguna. Al arte no se le puede dirigir, es una manifestación del espíritu, es libre. El papel de los conservatorios es de formar, como se formaba antes, en forma musical, en armonía, en contrapunto… para después de esta formación, componer desde el espíritu.

Vamos a ver, a mis alumnos siempre les he puesto este ejemplo: ¿Brahms inventó algo? Pues ahí lo tienes a Brahms. ¿Qué impuso Brahms? Su personalidad. No tenemos que copiar lo que hagan los demás. Primero eres tú a quien tiene que gustar lo que estás haciendo. Tener sinceridad con uno mismo. Pero para eso también hacen falta las herramientas, que haya gente que les enseñe a eso.

 

GRS: ¿Qué proyectos tienes ahora mismo?

LA: Mi día a día, ahora mismo, es horroroso, porque hay veces que no puedo ir sin la agenda, la cuál tengo que consultar al día dos o tres veces. Yo ahora lo que quiero es más tiempo.

 

GRS: Formas parte del Consell Valencià de Cultura, ¿eso te ocupa mucho tiempo?

LA: Sí, claro, y yo ahora necesito centrarme un poquito, porque ya ves como tengo mi casa, mis cosas las tengo dispersas porque soy una ama de casa, y eso también hay que decirlo, en mi época ser

 

 

mujer, llevar una profesión, ser ama de casa, tener hijos, marido… ha sido duro y mi cabeza siempre ha estado en muchos sitios (…).

 

GRS:¿Te gustaría en algún momento parar y no estar tan activa?

LA: Yo creo que eso va con mi carácter (…). Yo lo que veo en esta época es que tengo un volumen, una responsabilidad conmigo misma y con el arte, sobretodo con el arte de la música, que hasta ahora, quizás no haya sido tan consciente como lo soy ahora, porque claro, ahora veo que el tiempo es fundamental, que el tiempo es el que es, y se agota, ya no sé hasta cuando. Yo ahora estoy muy bien, ¡y que me dure mucho!, pero no sé mañana. Pero veo que tengo una responsabilidad conmigo misma y con lo que he hecho, y necesito tiempo para ponerlo en orden. Fíjate, si tengo cartas de gente importantísima diciéndome cosas maravillosas. Esto, en algún sitio tiene que quedarse. Mi música, por supuesto, la que está editada y la que no está editada, y todo lo que habéis visto que no es más que una pequeñísima muestra, porque tengo un montón de cajones con recortes de periódicos, de prensa, de todo, y ya no solamente de la música clásica. Esto en algún sitio se tiene que quedar (…).

 

GRS: ¿Y qué estás escribiendo ahora o qué tienes pensado?

LA: Bueno, estoy ahí, soñando. Ahora he terminado una cosa que no he hecho nunca y, claro, siempre nos emocionamos con lo último que hacemos, ¿no? Lo que has hecho ya se te ha olvidado (…). Hay veces que oigo mi música y digo: ¿eso lo he hecho yo?, y otras veces: esto a ver donde lo escondo (…). Pues ahora he terminado una cosa que es diferente. Yo como siempre estoy pensando en la luna, he hecho Soliloquios con la luna. Un pequeñito álbum de cuatro piezas para piano en las que interactúo. Toco el piano y, además, hablo con la luna (…).

También tengo otra obra que van a entrenarla en Barcelona (…) Cartas al señor de Bergerac (…). Os leo un poquito del prólogo:

 

Cuando me remito en el recuerdo  a aquella honda impresión que, allá por los años 50, me causo ver la versión cinematográfica de Cyrano de Bergerac y a la persistencia de aquel sentimiento en su posterior lectura, intuyo que tuvo mucho que ver mi temprana edad para hacer de este libre pensador uno de mis mas  apreciados héroes literarios; aunque ulteriormente releído y analizado mas a fondo el personaje, su idiosincrasia  y particular personalidad, no me dejó resquicio para menguar  aquellas mis primeras impresiones, ni restarle  ninguno de los valores que me hicieron ver en él un prototipo de ídolo capaz de generar  admiración, afinidad con sus hermosas virtudes y la capacidad de provocar aquella  arcana turbación espiritual que engendra el nacimiento de la exigencia anímica de crear. Crear para ir a ningún sitio, simplemente para descifrarse uno mismo buscando una satisfacción que solo a mi me alimenta y tal vez… a algún neblinoso prójimo  y siempre con la misma duda: ¿Servirá para algo? .

En el fondo el sordo rumor de un tic-tac que te anuncia lo inevitable te lastra, e intenta mineralizar el hueco en que reposa lo increado; la invitación al silencio  es potente pero, inesperadamente, de una lectura, de  un paisaje, de un suceso sentimental… nace una estimulante nebulosa que empieza a gotear sutiles partículas que me devuelven el aire limpio, la gozosa liberación, la existencia virginal que me permite  encender la mañana de cada día. Vivir fuera del tiempo.

Hoy especialmente  desde este escrito doy las gracias a Edmond Rostand padre glorioso de Cyrano de Bergerac y promotor espiritual de mis Cartas al Señor de Bergerac.

 

(…): Quiere decir que desde muy niña estuve enamorada de un personaje. Vi la película y me quedé fascinada, pero luego, con el paso del tiempo, cogí la obra de Cyrano de Bergerac, la he leído, la he releído, y cada vez me ha entusiasmado más el personaje, y, cuando me he encontrado mal de ánimo me he refugiado en Beethoven, en Mozart y en las lecturas de poesía, soy una gran aficionada a la poesía, y Cyrano de Bergerac. Es mi ídolo, por sus valores personales, y un día pensé que nunca le había dedicado nada con música a mi personaje. Como yo estaba enamorada de él, le escribí unos poemas. Pero le escribo cartas. ¿Conocéis al personaje? Él estaba enamorado de Roxana, pero como se sentía feo, no se atrevía, tenía sus problemas psicológicos, y le escribía cartas  en nombre de otro. Pues yo se las escribo a él. Escribí tres poemas y en cada uno de ellos escribo una carta musical también (…).

Realmente, lo que sí digo en los poemas, es que a lo largo de los años, una se da cuenta de que el personaje es maravilloso, pero lo que realmente pasa en todas las obras grandes es que son autobiográficas. Imprimimos nuestra vida, nuestra biografía está inscrita en cada obra, y realmente no estoy enamorada de Cyrano de Bergerac, sino que estoy enamorada de Edmond Rostand (…).

A veces lloro de emoción de ver que soy tan privilegiada, de poder tocar a Beethoven, de estar rodeada de todos los libros que tengo… Estoy enamorada de Beethoven, Cyrano, de todos los grandes que nos conmueven. Por eso son grandes. (…)

Oscar Wilde tiene una frase buenísima que dice: «El arte musical es el que más cerca se encuentra del espíritu, de las lágrimas y de los recuerdos». Precioso, ¿verdad?. (…) La música llega donde las palabras no llegan. O sea que realmente somos grandes privilegiados, los que estamos en la música, los que la hacemos, los que la interpretan y los que la escuchan de verdad (…).

Lo que falta muchas veces en los músicos es lo que estamos haciendo hoy aquí, hablar, ir más por el lado de la espiritualidad. En Las artes en paralelo hemos hecho conferencias en las que la gente preguntaba, interactuaba. Hace 27, 28 años cuando empezamos en el Palau, con las conferencias-conciertos. Es una recuperación mía, la conferencia-concierto, ¿eh?. En aquella época estaba olvidado. En mi época he sido una innovadora. En mi juventud esto se hacía más, en los años 40 y 50.

También fui fundadora de COSICOVA, y, además, se hizo otra tertulia Arte y pensamiento, que englobaba a filósofos, pintores, literatos… Se hicieron cosas muy interesantes. En aquella época nos reuníamos en la cafetería Madrid. Teníamos una hora por la tarde y allí nos reuníamos todos, y era una pasada porque intercambiábamos muchas cosas. Era importante el intercambio. De esto hará 30 años. Allí venía Pepe Albi, María Beneyto, Carmen Alborch, Miguel Catalán…gente importante de la época. Hicimos una exposición de literatura y pintura de muy alto nivel en el Ateneo. Pero al final se deshizo, yo era la vicepresidenta de esa asociación (Arte y pensamiento). (…)

En cuanto al pasado, tendemos a mirar hacia el futuro y hacia el pasado más lejano, pero el pasado reciente es el que más pronto se olvida. Poco se estudia en los conservatorios a compositores como Jesús Guridi, Conrado del Campo o Manuel Palau, Vicente Asencio, Báguena Soler, Asins Arbó, Óscar Esplà. (…) Yo he dado a conocer por toda Europa a estos compositores y los he grabado. Y en EEUU me han pedido siempre música española: Granados, Falla… Hay que reivindicar a los grandes compositores. La juventud no conoce a Iturbi ni a su hermana. Yo estudié composición con su sobrino, Báguena Soler. Yo conocí a Iturbi por mi maestra Consuelo Lapiedra. En aquella época siempre había pugna entre Iturbi y Rubinstein por la técnica. La técnica de Iturbi era limpísima y, además, transmitía mucho. Que conste que era un gran actor. En Hollywood muchas veces se interpretaba a él mismo. Gracias a él se conocen muchas obras de Prokofiev y Liszt. Ha sido un poco controvertida su técnica porque tocaba con una técnica clavecinística. Esudió con Wanda Landowska. Consuelo Lapiedra estudió con Iturbi y tenía toda la técnica de Iturbi. No tuvo más alumnos porque se marchó muy joven de aquí. Estuvo de profesor de virtuosismo de piano en Suiza. Consuelo Lapiedra fue una gran profesora de técnica y de interpretación. La única técnica de Iturbi que existe hoy en Valencia la tengo yo, no la tiene nadie. (…).

 

REFERENCIAS

 

Ángeles López Artiga. Disponible online en: http://www.angeleslopezartiga.com/ [Fecha de consulta: 29.01.2020].

AA.VV. (Aviñoá, Xosé, dir.). Història de la Música Catalana, Valenciana i Balear (Vol. X). Barcelona: Edicions 62, 2003.

Adam, Bernardo. 1000 músicos valencianos. Valencia: Sounds of Glory, 2003.

COSICOVA. Compositores Sinfónicos Valencianos. Valencia: Generalitat Valenciana. Consellería de Cultura, Educació i Ciència, 1990.

López, Ángeles. Escuela del bajo cifrado. Ed. Madrid: Real Musical, 1979.

——————–. Método de acompañamiento improvisado para instrumentos de teclado. Valencia: Piles, 1983.

——————-. La transposición. Valencia: Piles, 1985.

——————-. (edit.). Las artes en paralelo. Valencia: Instituto de Estudios Modernistas, 2000.

López-Chavarri Andujar, Eduardo: Compositores valencianos del siglo XX. Valencia: Generalitat Valenciana-Música 92, 1992.

Madrid, José (2015). Estudio y catalogación de la obra musical de Ángeles López Artiga: sus aportaciones a la historia de la música valenciana. (Tesis Doctoral). Valencia: Universidad de Valencia. Departamento de Filosofía.

Morales, Fernando (coord.)(2009): Ángeles López Artiga: un espíritu musical. Valencia: Institución Alfonso el Magnànimo.

[1] El Grup de Recerca Sonora está integrado por Critina Aguilera (CSMV), Daniel Labrada (Conservatorio Profesional de Música de Castellón), José Miguel Sanz (CSMV), y Paula Tamarit (CSMV).

[2] Morales, Fernando (coord.). Ángeles López Artiga: un espíritu musical. Valencia: Institució Alfonso el Magnànimo, 2009.

[3] Madrid, José. Estudio y catalogación de la obra musical de Ángeles López Artiga: sus aportaciones a la historia de la música valenciana. (Tesis Doctoral). Valencia: Universidad de Valencia. Departamento de Filosofía, 2015.

 

[4] López-Chávarri Andújar, Eduardo: Compositores valencianos del siglo XX. Valencia: Generalitat Valenciana-Música 92, 1992, pp. 239-243.

[5] Adam, Bernardo 1000 músicos valencianos. Valencia: Sounds of Glory, 2003, pp. 450-451.

[6] AA.VV. (Aviñoá, X., dir.). Història de la Música Catalana, Valenciana i Balear. (Vol. X). Barcelona: Edicions 62, 2003, pp. 43-44

[7] COSICOVA: Compositores Sinfónicos Valencianos. Valencia:Generalitat Valenciana-Música 92, 1992,  pp. 79-82.

[8] Entrevista realizada el 19 de noviembre de 2019 en El Plantío (Paterna, Valencia), en la casa de la compositora, por Daniel Labrada, Paula Tamarit y José Miguel Sanz. Las preguntas e intervenciones del Grup de Recerca Sonora vienen precedidas por GRS. Las respuestas, comentarios y reflexiones de la compositora por LA.

[9] La transposición. Valencia: Piles, 1985.

Método de acompañamiento improvisado para instrumentos de teclado. Valencia: Piles, 1983.

Escuela del bajo cifrado. Madrid: Real Musical. Madrid, 1979.

 

PDF: ANEXO. CATÁLOGO DE OBRAS DE ÁNGELES LÓPEZ ARTIGA

 

 

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