Por María Prats Escriche
La interpret ación más allá de las notas
El pasado 15 de octubre alumnos y profesores del Conservatorio Superior de Música de Valencia asistieron a una conferencia con tintes de taller activo sobre la formación actoral del artista.
El actor, director y formador de actores argentino, Alejandro Carballo, comenzó cubriéndose la cabeza con un pañuelo, para asombro de los asistentes y, ya desde el principio, dejó clara la máxima de su presentación; la emoción es la clave del arte, el artista debe captar la atención del público, estimularlo y conectar con él y la única manera de conseguirlo es emocionándolo.
Alejandro Carballo
El director del Centro de Experimentación de las Artes Escénicas hizo un recorrido histórico de la evolución del arte teatral, desde el teatro griego hasta llegar al teatro de nuestros días, siempre desde la perspectiva de las emociones. Y es que, según Carballo, tanto en el arte dramático como en la música, las emociones son la parte más importante, ya que la única manera de conectar con el público es a través de la emoción, jugando con el factor sorpresa y transmitiendo un estímulo que el artista debe sentir en primera persona. De este modo, cuando los cantantes de ópera interpretan sus roles operísticos, afirmaba Carballo, deben centrarse en sus papeles y cantar desde el personaje. Así pues, resulta imperativo empatizar, proyectar y conectar con todas las emociones que experimente el personaje, lo cual deberá realizarse siempre desde la sensorialidad personal, para lo que el intérprete deberá recurrir a sus propias emociones. Con todo ello, se planteaba pues, la idea de incorporar la actuación, como un juego, a la técnica del canto, ya que actuar, según Alejandro, es jugar y, por tanto, saber jugar es saber actuar.
Aunque la primera parte de la conferencia tuvo un claro enfoque operístico que, a priori, podría llevar a pensar que solo resultó interesante para los estudiantes y docentes del departamento de canto, su utilidad para todo el colectivo musical quedó evidenciada en la segunda parte, en la que la charla-taller se centró en el camino artístico, introspectivo y sensorial que todo intérprete o creador debe recorrer para poder inferir emoción a la música.
La importancia del juego en el arte: alrededor de la idea de que la emoción es parte de la música, Alejandro Carballo, invitaba a todos a jugar, a jugar con las emociones y a disfrutar en lugar de padecer y sufrir. El planteamiento del aprendizaje ya sea musical o actoral, como un juego, nos permite fallar y errar como parte del proceso, sin juzgarnos y sin miedo a hacerlo mal, disfrutando de cada paso y aceptando el error y quiénes somos. Según Carballo encontrar quiénes somos, aceptarnos tal y como somos, “con lo bueno y con lo malo, especialmente con lo malo; nuestros defectos y debilidades” nos permitirá conectar con las piezas que interpretamos, ya que para ello debemos antes estar conectados con nuestras emociones, sensaciones y sentimientos, especialmente con las sensaciones negativas o aquellas de las que no estamos orgullosos, de las que huimos y las que ocultamos al mundo.
Alejandro Carballo durante la Conferencia en el aula 109 del CSMV
En definitiva, el autoconocimiento es el vector que nos permitirá acceder a nuestras emociones y a nuestro propio “yo”, desde el que crear una actuación verdadera que nos pertenezca y que logre apelar a la emoción del público y así conmoverlo.
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