Por José Miguel Sanz García
La actualidad de una sociedad nunca escapa a su historia, y si algo tiene Palermo es, precisamente historia. Una historia reflejo de su estratégica situación geográfica. Sus calles esconden restos púnicos, romanos y árabes; un impresionante patrimonio arquitectónico normando; un esplendoroso y exuberante Barroco… incluso excelentes ejemplos de Art Nouveau. Y si algo armoniza tal amalgama de estilos, es la presencia de una iconografía musical que nos demuestra lo “sonoro” de la capital siciliana.
Lógicamente esta tradición musical se evidencia aún hoy en sus fiestas, ceremonias, e incluso arquitectura, y como centro de esa vida destaca un noble edificio, antigua Chiesa della Santissima Annunziata, que desde 1721 auspicia, en el sentido más auténtico del término, los estudios musicales que han devenido en el actual Conservatorio di Música Alessandro Scarlatti de Palermo. De la mano de la profesora Consuelo Giglio, y a través de una estancia Erasmus, se han podido desarrollar unas intensas jornadas de trabajo en el marco del desarrollo del proyecto La invisibilitat sonora, desarrollado por el Grup de recerca sonora, en el marco de los Programas de investigación del ISEACV (Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas de la Comunitat Valenciana).
Las actividades se han desarrollado en dos líneas fundamentales: por un lado, se ha podido participar en el workshop «Diversity, Equity and Inclusion in Higher Music Education: An Invitation for Action», desarrollado por el Diversity, Inclusion & Gender Equality (DIGE) Working Group of the AEC – Empowering Artists as Makers in Society (ARTEMIS) project. Los integrantes de este proyecto, provenientes de Finlandia, Dinamarca, Francia, España… plantearon diversas cuestiones en torno a la inclusión del alumnado con diferentes necesidades educativas en los estudios musicales superiores, incidiendo en los retos, las resistencias y acciones a realizar en tan apasionante tarea. A través de diversas dinámicas de grupo, se pudieron poner en común diversas percepciones de los diferentes integrantes de la comunidad educativa (alumnado, profesorado, profesionales del mundo de la Musicoterapia, de la Didáctica de la música, etc.), distintos puntos de vista sobre una problemática que concluyó con la necesidad de conocer las problemáticas y necesidades de la comunidad escolar; protocolizar el acceso a la información derivada de la misma; y dotar a los centros del personal necesario, y de una formación mínima para poder atender las diferentes necesidades.
En este marco, el grupo de trabajo ARTEMIS expuso una serie de recursos, fruto de su investigación, que pudieran suponer referencias concretas para que cada centro, en función de su propia idiosincrasia, generara sus propias líneas de actuación (disponible en https://aec-music.eu/media/2023/06/Diversity-Equity-and-Inclusion-in-Higher-Music-Education-An-Invitation-for-Action-1.pdf).
Continuando con la línea de visibilización emprendida por el Grup de recerca sonora, se ha realizado a lo largo de la estancia un estudio de las compositoras palermitanas cuya obra se conserva en la Biblioteca del centro. Nombres como los de Maria Giacchino Cusenza (1989-1979), Maria Schiavo De Gregorio (1900-1997) o Barbara Giuranna (1902-1998), muestran unas trayectorias vitales y artísticas que no pueden considerarse sino análogas en muchos aspectos a nombres como los de Matilde Salvador (1918-2007), M.ª Teresa Oller (1920-2018) o M.ª Dolores Sendra (1927-2019), por circunscribirnos al ámbito valenciano.
Si bien estas compositoras italianas pueden considerarse de una generación anterior a las valencianas, muchas son las similitudes que una comparación de sus figuras plantea. La docencia supuso un espacio profesional común que, en una sociedad donde la conciliación familiar no era sino una utopía, una circunstancia en muchas ocasiones ni siquiera era planteada, silenció en la mayoría de ocasiones un corpus creativo poco difundido y en ocasiones inédito.
Gracias a la profesionalidad y amabilidad del personal de la biblioteca del conservatorio palermitano, se ha podido acceder a este material para su estudio, tratando de que el mismo traspase todo tipo fronteras y prejuicios, y pueda volver a sonar en los escenarios de nuestras aulas y auditorios. A través del intercambio de materiales y su trabajo en las aulas, pretendemos que la música de estas compositoras se de a conocer en otras culturas (no solo musicales) tratando de superar, a través de la audición de estos “nuevos” repertorios y la consiguiente reflexión, la gran invisibilidad sonora que ha vivido el mundo musical contemporáneo.
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