Por Miquel Cuenca
El año 2020 es el 250º aniversario del nacimiento de Beethoven. Por este motivo, un gran número de asociaciones, festivales y ciudades han decidido rendirle homenaje. Un ejemplo es Alemania que tenía programados diversos ciclos de conciertos sobre el compositor alrededor de todo el país empezando por su ciudad natal, Bonn. O una institución más cercana como lo es el Palau de la Música de València que también había centrado su ciclo de música de cámara en la obra de Ludwig van Beethoven.
Sus obras han tenido un gran alcance gracias a su calidad y expresividad, pero una parte esencial de su importancia es el mensaje que les atribuyó e inspiró al famoso compositor para componerlas.
Un claro ejemplo es la 3ª Sinfonía, también conocida como “La Heroica”. Cuyo nombre, en un primer momento, iba a ser “Napoleón Bonaparte” porque representaba los ideales de la Ilustración basados en la razón, la libertad y la igualdad. En cambio, al alzarse como emperador, Beethoven se sintió traicionado pero decidió continuar dándole el nombre de “La Heroica” como recuerdo de lo que en un inicio representó la figura de Napoleón Bonaparte.
También podemos encontrar un mensaje implícito de L. van Beethoven en la famosa 5ª Sinfonía, que también es conocida como la “sinfonía del destino”, aunque este sobrenombre no esté claro que fuera original del propio compositor. En cambio, ha persistido gracias a la anécdota de su biógrafo, Anton Felix Schindler, que al preguntarle por las cuatro imponentes notas que identifican a la obra, recibió la respuesta: “Así llama el destino a la puerta”.
Por otra parte, sí se conoce con certeza que la sordera, en la que estaba cayendo en el momento de la composición de esta sinfonía, influyó en el carácter que imprimió en la obra.
La Sinfonía nº 6 apodada por el compositor como “Sinfonía Pastoral”, nació de la inspiración que provocaba la naturaleza en él. Es conocido que Beethoven tenía una gran predilección por la vida campestre y la naturaleza.
Ludwig van Beethoven otorga a la 9ª y última sinfonía un mensaje más claro y contundente, ya que en su cuarto movimiento incluye un coro que junto a 4 solistas interpreta la letra de la “Oda a la Alegría” de Friedrich Schiller. Igual que en las anteriores composiciones, la 9ª lleva implícitos los ideales de libertad, igualdad y la razón, que nunca abandonaron al compositor alemán. Pero a diferencia de las demás, el mensaje de esta obra ha calado tanto en el mundo que ha sido acogida por multitud de culturas como bandera de su ideología. Desde 1972, la adaptación del cuarto movimiento en la versión del director Herbert von Karajan es el himno de la Unión Europea por su papel simbólico en la unión de los pueblos. Además, desde 2001 la partitura original está inscrita en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO.
En conclusión, la obra de Beethoven está incluida en la historia de la humanidad gracias a su calidad musical pero aún más por la capacidad de transmitir unos elevados ideales a cualquier tipo de persona.
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