Por Bernat Cucarella Sifre
En el ambiente culinario hacer mezclas de sabores contrarios es prácticamente imprescindible. Unos se completan a otros, añaden, nunca restan y proporcionan una sensación en el comensal de oxímoron sensorial. En la música, como en todas las artes, esta mezcla de contrarios funciona muy bien permitiendo elevar las capacidades de cada parte. En este concierto esto se pudo percibir claramente, uniendo el mundo del jazz y del clásico en unas composiciones originales del gran trompetista Voro García.
Sobre Voro García
Nacido en Sueca (Valencia), desde pequeño se decanta por la trompeta y culmina sus estudios en el Berklee College of Music de Boston, donde se graduó magna cum laude en 2007. Ha actuado en festivales de jazz a nivel internacional y nacional y ha colaborado con músicos como Peter Bernstein, Bob Gullotti y Perico Sambeat. Forma parte de varias agrupaciones nacionales e internacionales y ha grabado cuatro proyectos, incluyendo «Vorocity» y «Roommates». También ha trabajado como docente, dando clases en universidades y conservatorios e impartiendo master-classes sobre improvisación. Actualmente trabaja como profesor de trompeta en la especialidad de Jazz en el Conservatorio Superior de Música de Valencia.
Sobre los intérpretes
La plantilla estaba conformada por quinteto de Jazz y orquesta de cuerda. La parte jazzista estaba formada por Voro García (trompeta), Jesús Santandreu (saxo tenor), Jorge Sevilla (piano), Óscar Cortés (double bass) y Andreu Tomàs (drums). La orquesta de la ópera del CSMV era dirigida por 4 alumnos de dirección: Mario Torres, Pedro Antonio Ligero, Álvaro Pérez y Álvaro Madrid.
Sobre el concierto
Los temas que se interpretaron fueron “Like Sonny” (John Coltrane), “Mareta” (trad. valenciana), “Stardust” (H. Carmichael) i “Blues a vora riu” (Voro García); todos arreglados por Voro García con una armonía idiomática para la orquesta mientras la melodía era tocada por trompeta y saxo que parecían un mismo instrumento complejo. Todo enmarcado dentro de un contexto que mezclaba la estética vanguardista del jazz actual y las sonoridades del Neotonalismo del s.XX. Aunque es ya sabido que la acústica de la sala no acompaña a las agrupaciones jazzísticas, los niveles se fueron corrigiendo a lo largo del concierto entre las dos mitades siempre dejando por encima las líneas melódicas de los solos detallistas de Voro García y Jesús Santandreu.
Sobre la propuesta didáctica
La necesidad de mezclar especialidades es evidente en una educación actual. Esto es prueba de que mezclar no resta, si no que suma, consiguiendo realizar un concierto de jazz por parte del quinteto, acercar al jazz a la orquesta de la ópera, consiguiendo ampliar su bagaje musical y a los diferentes directores, explorando y ampliando su formación en todo tipo de estilos musicales. No hay diferentes musicas, solo hay una con diferentes puntos de vista. Es necesario esta simbiosis si se pretende una formación completa como músico.
Sobre la exposición fotográfica
Además, hubo una exposición de Vilma Dobilate: “Jazz al Carme”, sobre la evolución del jazz valenciano en los últimos 30 años centrado en los músicos. Las fotografías son capaces de capturar y preservar la memoria de momentos íntimos y significativos en el mundo del jazz valenciano. Incluyen retratos de músicos destacados, momentos de amistad y complicidad, y el silencio, que representa el encuentro del músico consigo mismo y su fuente de inspiración. Estas fotografías están llenas de emoción, pasión y ritmo y acercan cada vez más a la esencia del jazz, que quizás, según la propuesta de Vilma, se pueda resumir en la alegría por la vida y el ritmo sin fin.
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