Realizada durante su estancia en el CSMV con motivo de sus master classes de viola y música de cámara. Marzo 2018.
Por Neus Adrià e Irene Casañ
Rivka Golani, de procedencia israelí, pero con actual residencia en Inglaterra es una reputada violista internacional. Ha actuado como solista en un gran número de orquestas de gran prestigio como la Boston Symphony, Calgary Philharmonic, Royal Concertgebouw, BBC Symphony, BBC Philharmonic, Hong Kong Symphony, Singapore Symphony, Royal Philharmonic, Rotterdam Philharmonic, Israel Philharmonic, Tokyo Metropolitan, Montreal Symphony o Toronto Symphony, entre otras. Además, tiene más de 250 piezas compuestas específicamente para ella, 60 de ellas son conciertos para viola. Ha publicado varios discos interpretando obras de Bach, Brahms, Bartók, Berlioz…
Actualmente es profesora en el Trinity College of Music de Londres, pero su labor docente se reparte por todo el mundo ya que viaja constantemente para impartir master classes.
¿Por qué elegiste este conservatorio como destino Erasmus?
R.G.: No lo elegí, ellos me eligieron, fui invitada. Creo que la organizadora fue Cristina Aguilera, la profesora de música de cámara, porque conozco su quinteto y me preguntaron si podía venir aquí a enseñar. Adoro España desde la primera vez que llegué en el 1992. Vine aquí en verano y estuve en Morella, Segorbe, Tarragona… Así que me encanta. Por eso dije que vendría encantada a enseñar. La verdad es que no sé mucho sobre la escuela, porque no fue mi decisión sino que me invitaron. Pero estoy muy contenta de estar aquí.
¿Por qué elegiste la viola como instrumento?
R.G.: Siempre sentí, bueno no siempre, sobre todo desde que empecé la Universidad, que me gustaban mucho más los registros graves. Mucho más que el violín. Nunca me pareció que mi destino fuera ser violinista. Yo tocaba el violín, pero un día me acerqué a mi profesor en el último año de Universidad y le dije: “la viola o nada”. Justo así, no se lo dije ni a mis padres ni a nadie más. Él se rio. Era un hombre muy grande, Ödön Pártos, mi profesor. Y todos los demás estudiantes también eran mucho más grandes, yo era la más pequeña. Entonces me dijo: “pero eres muy pequeña”. Soy pequeña, pero soy muy fuerte. Me dio una viola, que era un regalo de Lionel Tertis de Londres. ¡Él se la dio a mi profesor como regalo! Mi profesor era un gran músico e intérprete. Me dijo: “Muy bien, nos vemos la semana que viene”. Y nunca más volví a tocar el violín. Pero no fue mi decisión, yo siempre sentí que tenía que tocar la viola. No parece que acompañe mi carácter, pero me encanta el sonido que tiene.
¿Has notado alguna diferencia entre la música que has escuchado aquí y la que se interpreta en tu país? ¿Notas si aquí se interpreta más música contemporánea o clásica?
R.G.: No sé muy bien cuál es mi país, la verdad. Vivo en Inglaterra pero soy israelí, así que el mundo entero es mi país. Pero esta es una pregunta muy interesante. He notado, por lo menos la sensación que tengo hasta ahora, que durante esta semana he podido escuchar muchos estilos diferentes de música, sobre todo en música de cámara. No hablo individualmente, sino en cámara.
Ha sido fenomenal, más que en otros lugares. Mucho más. No hablo solo sobre Inglaterra, hablo en general. Porque en general, cuando se interpreta música de cámara, la tendencia es quedarse en lo romántico o en lo clásico. Pero aquí he visto que hay mucho interés en lo desconocido, en lo que nadie más está tocando ni se preocupa por tocar. Pienso que es una buena lección. No es que no se haga en Inglaterra, en Israel o en Canadá, sí se hace. Pero aquí hay más variedad. Pienso que puede ser porque la tradición clásica en este país es muy joven.
Recuerdo la primera vez que vine aquí en 1992, todas las violas tocaban una sola obra y era Christian Bach, el concierto. Había muchas, no me lo podía creer, y no lo hacían muy bien, la verdad. Así que el desarrollo…no hablo de los vientos, los vientos son fenomenales, probablemente porque han tocado no solo cosas clásicas, aquí hay una tradición increíble de vientos. Pero en la cuerda, no. Y el desarrollo en los años anteriores no ha sido reconocido. Así que pienso que tal vez se debe a que aquí está empezando, no como en Inglaterra donde sí hay una tradición y se quedan estancados en ella. Y no me refiero a que la gente aquí no fuese musical, sí lo eran. Solo que la tradición en la cuerda no estaba presente.
Mucha gente en los últimos 20, 30 o 25 años de Rusia, Rumanía y de países del este de Europa han llegado aquí. Porque este era un país muy atractivo, pero sin tradición. Y en cambio, ahora sí que existe esta tradición y los solistas españoles de cuerda tienen una calidad excelente. Así que no hay un déficit en la musicalidad, la musicalidad está en todos los sitios y es muy fuerte, sobre todo en el desarrollo en los instrumentos de viento. Ahora está fenomenal. Puede ser que esto os empujara a aventuraros en música nueva. A veces algo completamente nuevo puede ser bueno.
¿Qué consejo les darías a los alumnos que acaban este año sus estudios?
R.G.: Puedo darles consejo cuando están estudiando. Pero lo que hagan después también conviene aconsejárselo. Primero, cuando practicáis como estudiantes, no seáis pasivos. No solo vayáis a clase, estudiéis para el profesor y hagáis caso de lo que os diga. Tenéis que ser también estudiantes activos, curiosos por la novedad. No le discutáis al profesor todas las ideas. Sed como una esponja y aprended de todo el mundo, de cualquier fuente.
Una cosa que tenéis que tener presente es que competir entre vosotros para saber cuál es mejor es muy estúpido e idiota. Todos parecemos diferentes y nuestras personalidades también son distintas. No se puede creer que uno es de una manera y el otro de otra. Basura… Con esta filosofía que os aconsejo, estudiaréis y además cada vez seréis mejores personas y mejores músicos. Y hay que tomar la música no solo como fantasía o arte. El arte necesita de la razón y del espíritu, las dos. De otra manera está completamente desequilibrado.
Cuando acabéis, todo depende de como hayáis acabado, por eso los consejos se dan mientras estáis estudiando. Cuando acabéis, no hay final. No debemos pensar que es el final de algo, sino el comienzo de otra cosa. Acabar es algo negativo, pero empezar es positivo. Nunca dejéis de estudiar, este es mi consejo. Lo habéis podido comprobar conmigo. He venido temprano cada mañana antes de veros a vosotros y ya he estado trabajando dos horas. Así que no he venido a oíros pasivamente o a contaros historias. Yo trabajo. Y vosotros debéis tomar esta actitud. Luego tenéis que empezar a buscar posibilidades: enseñar.
Enseñar es una actividad fenomenal. Algunos estudiantes dicen: “no quiero enseñar”. ¿Por qué? Si tienes el conocimiento, ¿por qué no quieres compartirlo con alguien más? Además, aprendes cuando enseñas. He aprendido más de vosotros de lo que vosotros habéis aprendido de mí. Lo que significa es que esto me enriquece, y yo soy una solista todo el tiempo. Me paso los días grabando, tocando, ensayando. Así que si sois unos egoístas, sois unos idiotas; y si sois unos idiotas, no podéis ser nada. Esta es mi firme opinión. Así que observad vuestra agrupación, vuestros grupos de cámara. Hay que ser creativos. Para esto un ejemplo es el quinteto con el que trabajo. Todo empezó con cuatro chicas que quería tocar juntas. Hace falta pensar un poco diferente. Hay muchos compositores distintos, necesitáis hacer cosas distintas y creativas.
Haced las cosas al cien por cien o no las hagáis. Si queréis pasároslo bien, id a pasarlo bien, pero no elijáis el instrumento. Esto es una profesión y necesita muchas horas, tiempo y cerebro. Y no os preocupéis si en el verdadero inicio no tenéis un trabajo, haced otras cosas, pero no dejéis de tocar. Podéis enseñar en una academia o incluso hacer trabajo físico en una cafetería, solo para ganar un poco de dinero. Pero no dejéis de tocar el instrumento. Después las cosas llegarán. Sed creativos. Podéis crear vuestro propio grupo y trabajar, intentar mostrar algo de contenido, grabar videos, algo que podáis enviar. Y poco a poco iréis construyendo algo. No es tan duro, pero necesitáis algo de motivación. Si pensáis que sentados en casa pasará algo, ya os digo yo que no. Hay que ser activos.
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