EL SINFONISMO EUROPEO. Concierto de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de Música «Joaquín Rodrigo» de Valencia.

Por Maria Camila Soto Loaiza (alumna programa Erasmus)

El pasado 7 de febrero se presentó en concierto la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de Música “Joaquín Rodrigo” de Valencia, bajo la batuta de varios estudiantes del maestro Jesús Cantos, catedrático de dirección. Fue ésta la oportunidad perfecta para adentrarse en el sinfonismo europeo y sus más icónicos compositores.

Directores en formación.

El viaje auditivo que nos ofrecieron los alumnos de dirección: Carlos Martínez Villanueva, Mario Torres M., Álvaro Madrid y Juan Amado Lloría definitivamente fue una demostración de gracia y técnica musical digna de un estudiante del CSMV. Fueron ellos los encargados de las contrastantes dinámicas y el perfeccionado estilo europeo que se le imprimió a las obras de renombrados compositores como lo son: Dmitri Shostakóvich, Joaquín Turina y Robert Schumann.

              Orquesta Sinfónica del CSMV

Estos jóvenes directores en formación hicieron su debut con piezas de notable dificultad, no sólo en el ámbito técnico, por la vasta extensión de tiempo de cada obra, sino en el interpretativo por el refinado despliegue de musicalidad que requiere cada una de ellas y que se presenció en la sala de concierto.

El programa presentado en el Auditorio del CSMV esa noche hizo una recopilación de los principales exponentes de la sinfonía. Esta forma musical, originaria de Europa, ha variado su contenido evolucionando con el paso del tiempo. La sinfonía por definición está formada por cuatro secciones o movimientos: el primero es un allegro en forma sonata, el segundo es un movimiento lento o adante, el tercero es un minueto o scherzo y la cuarta y última sección es un rondó en tempo de allegro.

Rusia, España y Alemania

Habiendo hablado del sinfonismo, fue en ese momento que se apagaron las luces y el oyente se embarcó en una travesía auditiva hacia el pasado. Se inició en el siglo XX con el principal exponente del sinfonismo ruso del momento, Dmitri Shostakóvich. Compositor, director de orquesta y pianista soviético. Su obra “Obertura festival Op.96” fue compuesta en 1954 para celebrar el 37 aniversario de la Revolución de Octubre. Dirigida esta obra en concierto por Carlos Martínez Villanueva, la orquesta sinfónica llevó al oyente a la sorpresa inmediata al escuchar las magníficas fanfarrias de metales y los majestuosos fortes en tutti creados por Shostakóvich para dejar sin aliento al público a tan sólo siete minutos de haber empezado el concierto.

                      Alumnos de dirección

La siguiente parada de este viaje musical fue en el siglo XX en España. Joaquín Turina, compositor y musicólogo, induce al oyente a rememorar las tonadas madrileñas de su época con “La sinfonía del mar” (en transcripción de Manuel Castillo) compuesta en 1945 originalmente para piano solo. En esta ocasión fue Mario Torres M. quien a través del elegante pero preciso gesto con sus manos hizo que aquellos cromatismos y aquellas secciones contrastantes entre solistas y el resto de la orquesta como acompañamiento maravillaran a la sala de concierto en pleno.

Sección de cuerdas graves de la Orquesta Sinfónica del CSMV

Como tercer y último destino en esta travesía sonora por Europa, estuvo Alemania. Fue Robert Schumann compositor, pianista y crítico musical alemán del siglo XIX quien tomó el protagonismo y la atención de la audiencia por los siguientes treinta y cinco minutos con su sinfonía “primavera” N°1 en si bemol mayor Op.38. Compuesta en 1841 para Federico Augusto II, rey de Sajonia. Fue aquí donde los jóvenes directores Álvaro Madrid y Juan Amado Lloría, culminan el concierto con broche de oro al dirigir dos movimientos de esta pieza cada uno con la mayor destreza. Es entonces imperativo resaltar que aquellos afinados corales de maderas, las hermosas secciones de metales acompañando al protagónico cornista y la habilidad interpretativa de la sección de cuerda al crear tan sutiles dinámicas de atmósfera fueron posibles no sólo gracias al excelente nivel de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Valencia “Joaquín Rodrigo” sino al arduo trabajo de todos los directores que llevaron este recorrido sonoro por Europa a través del tiempo, a otro nivel.

 

 

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