Por Òscar Navarré Medina
Si nos centramos en España, con respecto a lo que a la música popular urbana se refiere, encontramos dos problemas. El primero de ellos se refiere a una confusión clara entre los términos de música popular y música tradicional, que se confunden entre ellos. Normalmente se tiende a asociar la música popular con la música tradicional si la popular no va seguida del término ‘urbana’.
El segundo de los problemas es un tema de estudio. En España los estudios sobre música popular urbana no tienen una trayectoria demasiado extensa, a diferencia del ámbito anglosajón, ya que la primera tesis doctoral sobre un tema relacionado con este campo se realiza en la década de los 90.
Diego García-Peinazo es Doctor y trabaja en la Universidad de Granada como profesor ayudante en el Dpto. de Historia y Ciencias de la Música. En 2016 obtuvo el Premio de Musicología (Sociedad Española de Musicología- SEdeM) por su trabajo Rock Andaluz: Significación musical, identidades e ideología en la España del tardofranquismo y la transición (1969-1982). Colabora en congresos internacionales y en grupos de investigación nacionales e internacionales como Grupo de Investigación en Música Contemporánea de España y Latinoamericana Diapente XXI (GIMCEL). Además, es director de la Colección Musicología. Música crítica de la Editorial Libargo.
La conferencia se estructuró en tres apartados. El primero, como puede ser algo evidente pero necesario, pretende responder a la pregunta de qué son los popular music studies, los estudios de la música popular urbana. Tradicionalmente estos estudios se han llevado a cabo por investigadores no especialistas en música propiamente dicha, como sociólogos o antropólogos, y la musicología se centraba en temas de música culta. Un ejemplo muy claro de esto se mostró con la proyección de una escena de la película A song is born, dirigida por Howard Hanks en 1948 en la que un par de limpiacristales de color entran en un departamento lleno de musicólogos estudiosos de la música de Bach, entre otros, que pretenden escribir una enciclopedia de música. Éstos, desconocedores del jazz o del swing, se quedan maravillados con la capacidad de improvisación sobre temas clásicos al piano de estos dos limpiacristales, músicos representantes de los nuevos estilos urbanos. Es un ejemplo cristalino del inicio por el interés académico hacia este tipo de música “no culta”.
Pero, no obstante, en la actualidad es un campo multidisciplinar el que estudia esta música que, según Carlos Vega, se denomina mesomúsica: “consagrada al esparcimiento, moderna y de grupos urbanos”. Se transmite principalmente de forma oral y, más modernamente, de forma multimedia.
Así, hizo también un repaso y explicación de los campos de estudio que agrupan estas músicas, como las audiencias y fans, la geografía y los escenarios, los discursos y sus prácticas, las historias, las industrias culturales y por último el análisis.
En este análisis es en el que hizo hincapié, el segundo de los apartados de la conferencia. Con ejemplos musicales, Diego García explicó la importancia que el análisis musical tiene para entender realidades culturales, sociales, etc. Habló del acorde Hendrix, de séptima menor y novena aumentada, que resulta un ejemplo de música que crea escuela, quien lo usa es porque se siente identificado con esa escuela o esa forma de hacer música. El análisis es una herramienta al servicio también del estudio sociológico y antropológico.
Finalmente, presentó las herramientas de que disponemos para este análisis, tales como planteamientos rítmico-métricos, y sus disonancias rítmicas (multitiming). Otro tema son los planteamientos melódico-armónicos, donde se habló de la difuminación del término de tonalidad (tonal-tonical: tono y modo, de P. Tagg), ya que la música se mueve entre lo tonal y lo modal, de ahí la importancia de la escucha colectiva. Con un ejemplo en el que suena una segunda menor (en el que algunos escuchaban como sensible-tónica mientras que otros veían la tensión en el segundo acorde y lo oían como un giro mixolidio), ilustró esta importancia de la colectividad a la hora de realizar un análisis. Muy interesante también, la explicación de la Soundbox, herramienta de análisis ideada por Moore y Dockwray que transcribe los sonidos de una grabación dentro de una caja atendiendo a parámetros como la altura, la cercanía (con diferentes tonos), la posición o el movimiento de instrumentos y voces, dentro de esta cajita imaginaria.
Ha sido una conferencia de 3 horas muy amena en la que nos dejó una larga lista de bibliografía, autores, como P. Tagg, López-Cano, F. Fabbri, R. Middleton o C.Vega, así como colectivos internacionales que abordan el estudio de la música popular urbana com IASPMo la Society for Music Analysis, y una página web interactiva, www.armoniaaplicada.com , donde, por niveles se puede hacer test de grados que se suceden en fragmentos de música popular urbana.
Una frase del propio García-Peinazo que resume lo transmitido en la jornada fue: “La idea del análisis musical es una invitación a escuchar de manera individual y colectiva, porque lo que tenemos que pretender es, mediante este, dar respuesta a elementos culturales”.
Dejar una contestacion