Por: Noelia Bojó Molina
El Auditorio del Conservatorio Superior de Música “Joaquín Rodrigo” de Valencia tuvo el honor de albergar el pasado martes 6 de febrero de 2019 a las 19:00h, el concierto de cámara ofrecido por el Cuarteto Nel Cuore, compuesto por dos violines, Manuel Serrano y Julia Romero, la violista Paula Hervás y el violonchelista Samuel C. Ledesma.
El cuarteto se originó en este mismo conservatorio en la cátedra de Música de Cámara de Carmen Mayo y hasta la fecha ha tenido un recorrido
profesional muy interesante colmado de premios. Si indagamos un poco en su currículum se puede decir mucho de este cuarteto. Fue el primer cuarteto español admitido en la Accademia W. Stauffer di Cremona, donde se perfeccionaron desde 2014 hasta 2017 con el Quarteto di Cremona, después de esto fueron admitidos en el Departamento de Cuartetos de Cuerda del Instituto Internacional de Música de Cámara de Madrid donde compartieron experiencias con el profesor Günter Pichler, violinista del Alban Berg Quartet. Han actuado en diversas localidades de España e Italia y han participado en multitud de festivales y circuitos de música de cámara. También han ganado varios concursos de música de cámara y como docentes han impartido masterclasses de cuarteto de cuerda en el Curs Unió de Cordes FORUM 2016.
El concierto podría calificarse de encantador, tanto en su acepción de agradable como en lo referente a el hecho de realizar encantamientos. Dejando a un lado la extraordinaria técnica de los cuatro intérpretes, la calidez del sonido y la absoluta compenetración de los cuatro instrumentos en cuanto a volumen, color, timbre y perfecta afinación hicieron que las tres obras que se interpretaron dejaron al espectador hechizado.
El concierto se inició con el Cuarteto en Si bemol mayor Op. 33, nº4 de Franz Joseph Haydn, el cual forma parte de sus 33 cuartetos de cuerdas que fueron escritos por este compositor en 1781, este conjunto de cuartetos tienen varios apodos, destacando entre ellos el de “rusos” ya que Haydn los dedicó al Gran Duque Pablo de Rusia[1]. Seguidamente se interpretó La Oración del torero Op. 34 en su versión para cuarteto de cuerda.
Esta obra está concebida originalmente para ser interpretada por un cuarteto de laúdes, la cual fue compuesta por Joaquín Turina en 1925 y fue el mismo compositor quien realizó una versión para cuarteto de cuerda dos años después. El compositor se inspiró para esta composición en la visión de un torero rezando en una capilla antes de salir al ruedo[2]. El concierto cerró, después de un pequeño descanso con el Cuarteto en La menor Op. 13 de Félix Mendelssohn, compuesto en 1827 con solo 18 años, este pasó a ser uno de los cuartetos más importantes del catálogo de Mendelssohn por su carácter apasionado y su forma cíclica[3].
Como se puede advertir en el resumen del concierto, la velada pasó por diferentes periodos, desde el Clasicismo se saltó al siglo XX y de ahí se volvió al Romanticismo del XIX. Sin embargo los intérpretes supieron adaptarse a la técnica de cada una de las obras, fueron capaces de recrear la estética de cada época y ejecutar los intereses compositivos de cada compositor a la perfección, dando de este modo al espectador una recreación del hecho musical perfecta en las tres interpretaciones, lo cual hizo que el público se sumergiera en un agradable hechizo.
[1] DOWNS, Philip G. La música clásica: Haydn, Mozart y Beethoven. Madrid: Akal, 2016.
[2] WITTALL. Arnold. Música romántica. Barcelona: Destino, 2001.
[3] LEON, Plantinga. La música romántica. Madrid: Akal, 2015.
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