Por Marcos Miquel Silla
Durante la mañana del jueves 28 de abril, acogimos en nuestro Auditorio un concierto de colaboración del aula de composición con algunos de los grupos de música de cámara del centro. Un total de 10 piezas de nueva creación, escritas por los alumnos de composición, se estrenaron en ese concierto, concebido con ese fin.
Si tuviéramos que describirlo con 3 palabras, sin duda escogería variedad, originalidad y adaptación. Como bien sabemos, a pesar del número de alumnos de nuestro centro, en ocasiones resulta complicado conseguir un grupo de cámara, dentro de las formaciones más estándar de la música camerística. Encontrar el grupo, un horario que se adapte a todos los miembros que lo forman, repertorio original y de interés… es un auténtico trabajo de coordinación para el alumnado y profesores que imparten la asignatura.
Si añadimos a este factor, la disponibilidad de los grupos para encargarse de estos proyectos, la variedad que puede presentar la formación para la que escribes y el conocimiento idiomático de un instrumento, la situación se convierte en un reto mayor (en esta ocasión, para los compositores).
El nivel interpretativo y compositivo fue, sin duda, difícil de superar. La variedad de la música que escuchamos, las ideas de concepción de esta música, la calidad de los intérpretes y la profesionalidad que se trasmitieron al público fueron la demostración del trabajo duro, tanto individual como grupal, que realizaron todos los que intervinieron en esta audición.
Aquella mañana escuchamos un concierto en el que, 10 grupos de cámara diferentes, aceptan formar parte de este proyecto. Asumiendo lo necesario para llevar adelante su compromiso: ensayos, encuentros con los compositores, clases extraordinarias…
Aquella mañana escuchamos un concierto en el que 10 jóvenes compositores, se adaptaron a las circunstancias de un grupo para escribir música, no sólo concebida para esos instrumentos, si no también para esas personas en concreto. Es de gran valor este esfuerzo realizado por el alumnado.
No obstante, también corresponde reconocer lo que el conservatorio nos ha ofrecido, que como poco es mucho.
No hay nada más difícil para un compositor que escuchar el estreno o interpretación de su música. Socialmente, escribirla es fácil. No dependes de nadie más que de ti, de tus ideas y del trabajo que realices con ella. Pero es más fácil que “se quede en el cajón” que conseguir que aparezca en un atril.
Y en estas ocasiones, el conservatorio nos ofrece verdaderas oportunidades para que se escuche la música de nuestros compositores, que los intérpretes puedan sacarla a la luz, interpretarla, y que los oyentes podamos disfrutar de ella desde el patio de butacas.
Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
Programa del concierto:
Black impressions – Lorenzo Pérez Ramírez. Cuarteto de trombones:
Marcos Miquel Silla, Héctor Mora Cano, Enrique Benítez Vázquez, Alberto Miquel Silla
HipidiSaxidiHop – Víctor Campos Navarro. Cuarteto de Saxofones:
Clara Garrigues Máñez, Alma González Zamora, Arancha Rubio Mota, Gema Plaza Paños
Llimbs – Pablo Andrés Mastromanno. Trío saxofón y dos trompetas:
Carlos Betoret Zarzo, Miquel Borja Pons, David Llorens García
Dos piezas españolas – Javier Ibáñez. Dúo de guitarras:
Laura Raussell i Cristian Vázquez Such
Los chicos del Patio – Voro Simó Bordes. Quinteto de metales:
Javier Moya Ruiz. Sergi Montilla Bofí, Alberto López Bernal, Adrián Ivars Rivero, Alexandru Costin Gantea
Insimul – Mar caballer Llopis. Trío clarinete, guitarra y trombón:
Albert Martín Lorente-Romero, Jaume Miralles Blasco, Joan Campos Salvador
Misteri – Bea Ros Lozano. Cuarteto de clarinetes:
Héctor Alfaro Domingo, Marta Monreal Guerra, Angelina Martínez Tamayo, Pau Arroyuelo
Tensio – Jorge Coll Navarro. Quinteto clásico:
Eduardo Peco Aguilar, Paula Salvador Medina, Nuria Mollà García, Nuria López Escribano, Estela Torres Sanz
Australian Magpie Serenade – Marc Alexandre Mayor Ferrer. Cuarteto de saxofonoes:
Adriana Torró, Mariam Avetyam, Isaac Sanoguera. Miguel Ángel paredes
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