Por Gloria Atienza Pinazo
El pasado miércoles 20 de octubre, el Conservatorio Superior de Música de Valencia acogió en su Auditorio al afamado Klaviertrio Hannover, formación camerística alemana que se encuentra actualmente en su gira por España en colaboración con el violista Konstantin Sellheim.
Durante esta mañana de miércoles, alumnos, profesores y público en general pudieron disfrutar de un exquisito y desconocido repertorio del joven Beethoven gracias a la colaboración del consulado general de Alemania y la Fundación Goethe con nuestro centro.
Sobre el Klaviertrio Hannover
El Klaviertrio Hannover es una formación camerística alemana que nació hace casi una década y que aún hoy sigue deleitando al público en escenarios tanto de su Alemania natal como del extranjero, gracias a sus cautivadoras y variadas propuestas. Este trío está formado por Lucja Madziar, violín (concertino de la Ópera Alemana de Berlín), Johannes Krebs, violonchelo (violonchelista solista de la Orquesta Filarmónica de Bremen) y Katharina Sellheim, piano (solista y compañera de piano de artistas de renombre).
Este trío es además conocido por sus genuinos programas preparados para ocasiones especiales, como ocurrió en 2017 con motivo del centenario de Bernstein. Siguiendo esta línea, el grupo había preparado para el pasado 2020 un gran proyecto con motivo del 250 aniversario del nacimiento de Beethoven, el cual se vio ligeramente truncado por el Covid-19. En él, el trio colaboraba con el violista Konstantin Sellheim, quien es uno de los más destacados intérpretes de su generación. A este violista miembro de la Filarmónica de Munich lo hemos podido escuchar tocando bajo la dirección de directores como Valery Gergiev o Zubin Mehta. Además, la música de cámara siempre ha sido una parte importante en su carrera, ya que no es la primera ocasión en la que lo podemos ver colaborando con este grupo.
En el concierto ofrecido, el cuarteto con piano interpretó dos piezas del joven Beethoven, ambas pertenecientes a su primera etapa compositiva e interesantes tanto en su forma como en su estilo.
La primera de ellas es el Cuarteto Nº3 para piano, violín, viola y violonchelo en Do Mayor, WoO 36, que compuso en 1785, con tan solo 15 años. Esta pieza en cuatro movimientos pertenece a la primera etapa del compositor, tiempo en el que éste vivía en Bonn, y en ella podemos observar esa tradición clásica del momento. Sin embargo, pese a que este cuarteto forma parte de sus primeras composiciones, en él ya es perceptible su característica personalidad. Y es que, es necesario recordar que Beethoven no fue un adolescente común. Como nos contaba la pianista Katharina, Ludwig tuvo una infancia y adolescencia complicada, siendo el talentoso hijo de un afamado y alcohólico cantante de la época que mercantilizaba su carrera y entorpecía su progreso. Debido a su complicada situación familiar, el joven pianista pronto tuvo que convertirse en sustentador de su familia, cosa que favoreció su empleo en 1784 como segundo organista de la corte. Por otro lado, este empuje económico no fue muy positivo para su faceta compositiva, ya que la dejó en un segundo lugar. Poco tiempo después fallecía su madre, lo cual agravó aún más la situación.
En este contexto fue escrito este Woo 36, en el que podemos observar cantidad de detalles que nos recuerdan a su contemporáneo Mozart, al cual Beethoven siempre tuvo como referencia. De hecho, encontramos paralelismos formales en todo el número con las sonatas para violín publicadas por el violinista apenas cuatro años antes. Concretamente, este cuarteto en Do Mayor se basa en parte en la Sonata K.296 de Mozart, la cual también se encuentra escrita en la misma tonalidad. Pese a la existencia de estas similitudes, no debemos olvidar que la naturaleza de cada compositor es totalmente diferenciable.
La segunda pieza, Cuarteto en Mib Mayor para Piano, violín, Viola y Violonchelo Op.16, destaca también por su historia, ya que fue escrita una década después del Cuarteto en Do Mayor pero originalmente para otra formación. Como hemos comentado, entre ambas piezas existe una diferencia personal, que va ligada un cambio también de contexto.
En la composición de este segundo cuarteto, rondando el 1790, Beethoven ya estaba establecido en Viena y su fama y éxito habían aumentado en la ciudad de la música, en la que se respiraban aires de agitación política, movimientos culturales e ideas nuevas, de las cuales bebía constantemente el compositor de Bonn. En este ambiente, e inspirado nuevamente en Mozart, Beethoven compuso en 1796 el quinteto para fortepiano y vientos Opus 16. Sin embargo, esta obra fue posteriormente reescrita para la formación de cuerda bajo el Opus 16a, es decir, bajo este Opus se encuentra la misma obra, pero arreglada para cuarteto con piano. En ella observamos también influencias de Mozart en cuanto a sus ideas musicales basadas en las arias de Don Giovanni, estas son apreciables en el 2º movimiento del cuarteto.
El evento del pasado miércoles fue un concierto interesante en el que el público pudo disfrutar no solo de la presencia de excelentes músicos, sino de una interpretación de elevado nivel. Fue un placer tener la oportunidad de escucharlos.
Dejar una contestacion