Por Rebeca Lozano Cabañero
El pasado 23 de noviembre de 2020, tuvo lugar la final del XXXI «Premio de Jóvenes Compositores» de la Fundación SGAE-CNDM en el auditorio del Museo «Reina Sofía» de Madrid. En dicha final se disputaban las cuatro primeras posiciones del concurso, siendo galardonada con la medalla de bronce nuestra compañera Llum Martí Jordán, alumna del Conservatorio Superior de Música de Valencia.
Llum empieza sus estudios musicales gracias a la pianista Araceli Parra Cuenca, su abuela, la cual le enseñó a tocar el piano, así como teoría y literatura musical desde bien temprana edad. Además, cursó las enseñanzas profesionales de violín y es coralista desde los 3 años en la Escola Coral de Quart de Poblet, cosa que le ha dado una mayor formación y la posibilidad de asistir y cantar en grandes conciertos y óperas.
Actualmente estudia composición en el Conservatorio Superior de Música de Valencia y además compagina estos estudios con el grado universitario de Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia.
P.- ¿En qué momento de tu vida empiezas a sentir predilección por la composición y cómo te das cuenta?
R.- En realidad la composición fue algo que llegó como de pronto. Sí que es verdad que desde pequeña estudiaba música, tocaba el piano y el violín, pero componer no es algo que hiciese habitualmente o que me despertase interés. Siendo sincera, desconocía que había un grado de composición hasta que terminé el grado medio de violín y me planteé seriamente si seguir con mis estudios musicales o no. No quería hacer el superior de violín, pero sí que me apetecía continuar con algo, y me llamó mucho la atención “lo de composición”. A mediados de 6º de violín me dio un “venazo” y decidí apuntarme a clases particulares de composición para prepararme la prueba del superior. Tuve la suerte de encontrar a un profesor que me motivó mucho y me enseñó en unos seis meses más de lo que había aprendido en años. Fue en gran parte gracias a ese profesor por lo que descubrí todo este mundo.
P.- Háblanos de tu obra, ¿en qué te has inspirado para componer Disintegrated Strata? ¿Dentro de qué estilo o estilos compositivos la enmarcarías?
R.- Esta pieza digamos que es un poco el resultado de una estética que ya he estado explorando poco a poco en obras anteriores y en la que me siento muy a gusto. Lo relevante de la pieza sería el hecho de que busco mezclar un lenguaje completamente romántico y tonal, con técnicas, timbres, texturas y sonoridades propias de la escritura contemporánea. En parte siguiendo los planteamientos de compositores que en su momento ya mezclaron tradición y vanguardia, así como Schnittke o Berio aunque mis principales referentes diría que son Maurice Ravel y Fausto Romitelli.
P.- ¿Hubo alguna persona que te animara para presentarte al concurso o fue por decisión propia?
R.- Me presenté gracias a mis profesores, ellos me comentaron que estaba el Premio de la SGAE y que podía probar a ver.
P.- ¿Qué sentiste cuando te enteraste de que habías sido seleccionada como finalista dentro del concurso? ¿Y cuándo te dieron el tercer premio?
R.- Sinceramente, en ningún momento esperaba que me seleccionasen. Cuando envié la obra fue un poco a ver si había suerte, pero esto de los concursos es un mundo y nunca sabes si te cogerán o no. Me alegré mucho cuando me enteré de que estaba entre los finalistas y más al saber el resultado final. La verdad es que fue toda una alegría.
P.- ¿Qué ha supuesto ganar este premio para ti y cómo va a afectar de ahora en adelante en tu trabajo como compositora?
R.- A nivel de reconocimiento sí que es verdad que he notado la repercusión, sobretodo porque a raíz de ello también me han podido surgir nuevos proyectos, y es algo que siempre se agradece. Al final es una muy buena oportunidad para probar esa experiencia de enfrentarte a la interpretación que, como estudiantes de composición, muchas veces nos falta.
P.- ¿Crees que cualquier persona debe animarse a presentarse a este tipo de concursos?
R.- Creo que los concursos son una buena oportunidad, sobre todo cuando eres estudiante, no sólo por el reconocimiento, que eso en parte es lo de menos, sino más bien por el hecho de poder escuchar tu trabajo. Normalmente -aunque no debería ser así- muchas de las piezas que escribes se terminan quedando al fondo del cajón y es una pena, porque el hecho de poder escuchar tus propias obras te da una perspectiva que la propia partitura no te ofrece. La mejor parte de presentarse a concursos y talleres creo que es eso mismo, el poder escuchar tu pieza, trabajar también con los intérpretes y ver lo que funciona y lo que no, cosa que ayuda mucho a progresar de cara a siguientes trabajos.
P.- ¿Qué nuevos proyectos tienes en mente o estás preparando actualmente?
R.- Pues ahora mismo estoy trabajando en una pieza que me ha salido encargada gracias al premio, así que muy contenta. Aunque supongo que por el momento, mis planes son seguir con los estudios y luego ya veremos.
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