Por Abigail Bravo
El pasado lunes 22 de mayo tuvo lugar uno de los dos Concerts de noves creacions en nuestro Conservatorio, donde se estrenaron obras que los alumnos de composición han realizado durante este curso y presentan con la colaboración del Departamento de Música de Cámara. Pudimos escuchar 10 obras de alumnos de todos los cursos, que nos hicieron disfrutar con una espléndida variedad de estilos compositivos.
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Durante la primera parte del concierto disfrutamos de dos obras vocales: una, Lamentación de la muerte, compuesta por Álvaro de la Cruz, de corte expresionista y basada en un texto de Federico García Lorca; y otra, de Dídac Bosch, sobre el poema Vuit de març de María Mercé, que el compositor dedicó a todas las mujeres en su lucha contra la represión.
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En lo referente a la música instrumental, Osel Trenado nos ofreció Recuerdos, para quinteto de cuerda con piano, que inauguró el concierto con un estilo que recuerda a la música cinematográfica, mientras que Alejandro Manzanera presentó su Le Onde como una pieza puramente impresionista. Víctor Marco, en cambio, utilizó un lenguaje personal para definir su Granada, valiéndose de una melodía que había escuchado en la calle durante su estancia en la ciudad nazarí.
En la segunda parte destacó De la unidad y la fragmentación de Daniel Ortega, quien utilizó la teoría del pitch para componer una obra con aires espectralistas, interpretada exquisitamente por el sexteto de viento y piano.
Otra interpretación señalada fue la del cuarteto de saxofones, que ejecutó las Variaciones de Santiago Peláez, compuesta sobre un tema de Paco de Lucía y con tintes tanto flamencos como jazzísticos.
David G. Heredia presentó sus Cinco piezas breves Op. 3 para quinteto de viento, en las que destacó su habilidad para la instrumentación. Miquel Carrión y Claudia Cañamero apostaron por obras programáticas: la primera, Elmyr de Hory. Hoffmann Elemér, sobre la conmovedora historia del pintor húngaro, quien terminó suicidándose en Ibiza; y la segunda, el movimiento Guerra en tierra de nadie, que es parte de una obra sobre la célebre novela gráfica Persépolis, en la cual la compositora retrató por medio de la música el comienzo de la guerra en Irán, vivida desde la perspectiva de una niña.
Cabe destacar la magnífica colaboración de los alumnos de Sonología en la grabación y manejo del sonido durante el concierto. Gracias a ellos cada compositor pudo obtener una grabación profesional de su estreno. Sin duda, también merecen una felicitación todos los intérpretes que intervinieron, ya que muchos de ellos tuvieron que enfrentarse a obras con efectos de bastante dificultad. A pesar del poco tiempo de preparación, las interpretaciones fueron correctas –y brillantes en muchos casos–, haciendo del concierto un acto inolvidable, tanto para los compositores como para el público.
A pesar del atractivo que tiene una actividad así, poca gente asistió al evento. Por eso creemos que es necesario hacer una reflexión sobre esto, ya que estamos perdiendo una oportunidad única de acercarnos a nuevos estilos, además de apoyar visiblemente el trabajo de nuestros compañeros. Esperemos que para próximos cursos más alumnos y profesores se animen a asistir a este tipo de eventos, que de seguro no dejarán indiferente a nadie.
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