Por Carles Ródenas Martínez
Los días 12 al 14 de marzo, los guitarristas del Conservatorio Superior de Música «Joaquín Rodrigo» de Valencia, pudimos disfrutar de un concierto y unas clases magistrales a cargo del guitarrista Alexander-Sergei Ramírez.
Alexander-Sergei Ramirez nació en Lima, Perú y se ha presentado alrededor del mundo en recitales, conciertos de cámara (con artistas como la mezzo-soprano Anne Sofie von Otter o el Cuarteto de Cuerdas Amati) y como solista en conciertos con orquesta (Sinfónica Nacional de Bélgica, Sinfónica Nacional de Letonia, Musikkollegium Winterthur, etc). A lo largo de su carrera ha participado en renombrados festivales como los de Salzburgo o Rheingau; y ha tocado en auditorios como el Mozarteum de Salzburgo y el Tonhalle de Zurich.
Ha grabado numerosos discos de los cuales destacamos su último disco con Deutsche Grammophon en 2004, titulado: Odisea, que constituye un viaje musical alrededor del mundo y que comprende composiciones de Perú, España, Rusia, Japón, Australia, Puerto Rico y Camerún.
En la actualidad, Alexander es profesor en la Escuela Superior de Música «Robert Schumann» de Dusseldorf, Alemania, y es frecuentemente invitado a festivales de guitarra, a dar clases magistrales por varios continentes y a participar como jurado en concursos internacionales.
El día 12 de marzo pudimos comprobar el talento de este reconocido guitarrista en el escenario del auditorio del Conservatorio Superior de Música «Joaquín Rodrigo» de Valencia. Nos ofreció un concierto con un repertorio que abarcaba obras de finales del siglo XVIII, como Andante y Fandango de un compositor anónimo de Lima, hasta obras del siglo XX de grandes compositores como Heitor Villa-Lobos o Agustín Barrios-Mangoré.
En las masterclass se trabajaron piezas que abarcaban desde el Barroco hasta el siglo XX. En todas ellas pudimos ver otra perspeciva de la obra. Alexander dio mucha importancia a la postura, a la hora de estudiar y de ofrecer un concierto, y en establecer un buen hábito en la mano derecha (conseguir un buen seguro a la hora de hacer frases largas y complejas, poder tocar sin la mano izquierda obligándote a interiorizar bien la digitación y la forma de pulsar las cuerdas primas). También se puso mucha atención sobre la riqueza tímbrica que tiene la guitarra y la cantidad de recursos que se nos ofrecen. Pudimos interpretar desde otra perspectiva tímbrica, matizando siempre en la mano derecha.
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