JORNADAS DE MUSICOLOGÍA

Las IV jornadas de Pedagogía y Musicología que organiza el CSMV contó con las tres sesiones de musicología la semana del 18 al 20 de febrero. Estas jornadas contaron con importantes ponentes de prestigio.

El martes 18 de febrero estuvo Pedro López de la Osa, de la Universidad de California Riverside, USA; el miércoles 19 de febrero el Dr. José Duce; y el jueves 20 el Dr. Miguel Ángel Marín, de la Universidad de La Rioja.

Pedro López de la Osa es un guitarrista especializado en música de cámara, pedagogía e investigación. Como pedagogo, López de la Osa ha publicado y escrito varias historias musicales y guiones pedagógicos para cuentos musicales famosos. Algunas de sus historias musicales han sido publicadas en España, Colombia y Corea del Sur. Como guitarrista profesional, López de la Osa se ha centrado en la música de cámara, formando un exitoso dúo con el pianista Pablo López de la Osa y el guitarrista Paolo Benedetti y actuando con numerosos dúos, tríos, cuartetos y orquestas, con grabaciones para Radio España, Canal 7-Costa Rica y RTVE. Su ponencia, que asimismo forma parte de las Jornadas dedicadas al músico alicantino Rafael Rodríguez Albert –coordinadas por Pasqual Pastor y José Miguel Sanz (CSMV)–, llevaba por título «Rafael Rodríguez Albert (1902-1979) a través de la guitarra: paradigma y olvido». Tras ella, tuvo lugar la mesa redonda «En torno a Rodríguez Albert», en la que participaron José Pascual Hernández Farinós (CSMV), Pasqual Pastor, Jorge García (IVC), Anaclet Pons (UV) y el propio Pedro López de la Osa (UC Riverside, USA), moderados por el profesor José Miguel Sanz (CSMV).

José Duce es titulado superior en Piano y Música de Cámara. Cursó el Máster en Música Antigua en la Universidad Politécnica de Valencia, para, posteriormente, doctorarse cum laude en Investigación en Humanidades, Artes y Educación en la Universidad de Castilla-La Mancha con su tesis titulada «La obra vocal de Juan Bautista Cabanilles en su contexto. Una reflexión sobre la práctica musical histórica». Desde 2016 es funcionario de carrera en el cuerpo de profesores de música y artes escénicas, y actualmente ejerce como profesor de Piano en el Conservatorio Mestre Vert de Carcaixent. Estudioso e investigador de la música antigua panhispánica, Duce fundó en 2010 el grupo de música antigua Amystis, equipo con el que transfiere sus investigaciones al campo performativo. De entre todas sus publicaciones y trabajos discográficos, destacan los seis producidos con Amystis sobre música española inédita, trabajos reconocidos con dos Premios Carles Santos de la música valenciana, llegando a ser finalista en los prestigiosos ICMA Awards. Su ponencia llevaba por título «Vida más allá del archivo: Cómo abordar la divulgación y transferencia en el mercado profesional».

Miguel Ángel Marín cursó estudios de música en el Conservatorio de Amaniel (Madrid) y de Musicología en las Universidades de Salamanca, Zaragoza y Cardiff (Gales). Es doctor por la Royal Holloway con la tesis «Music and Musicians in Provincial Towns: the case of eighteenth-century Jaca (Spain)», presentada en 1999 y dirigida por Tess Knighton y Juan José Carreras López. Es profesor de Música en la Universidad de La Rioja desde 1999, titular desde 2005 y Catedrático desde 2018. Asimismo, desde 2009 es Director del Área de Música de la Fundación Juan March (Madrid). Es autor o coordinador/editor de una docena de libros, entre los que cabe destacar Joseph Haydn y el cuarteto de cuerda (2009), la edición musical de la zarzuela Clementina para la Boccherini Complete Edition (2013), la coedición de Instrumental Music in Eighteenth-century Spain (2014), Remapping the Classics: Haydn, Mozart and Beethoven in Spain during the Long Nineteenth Century (2024) y El «Réquiem» de Mozart. Una historia cultural (2024). 

Su ponencia se llevó a cabo el 20 de febrero con el título «Los concert studies y la musicología aplicada a la programación de conciertos a partir de la experiencia en la fundación Juan March».

La Fundación Juan March es una institución familiar y patrimonial creada en 1955 por el financiero Juan March Ordinas con la misión de fomentar la cultura en España sin otro compromiso que la calidad de su oferta y el beneficio de la comunidad a la que sirve.

A lo largo de los años, las cambiantes necesidades sociales han inspirado, dentro de una misma identidad institucional, dos diferentes modelos de actuación. Fue durante dos décadas una fundación de becas. En la actualidad, es una fundación operativa con programas propios, mayoritariamente a largo plazo y siempre de acceso gratuito, diseñados para difundir confianza en los principios del humanismo en un tiempo de incertidumbre y oportunidades incrementadas por la aceleración del progreso tecnológico.

Miguel Ángel Marín, en su intervención en la Fundación Juan March, nos presentó una reflexión profunda sobre el cambio de paradigma en la música, particularmente en la programación y la interpretación de los conciertos. La musicología, tradicionalmente centrada en el estudio de la música como un texto cerrado y definitivo, ha experimentado una transformación. Ahora, se enfoca en estudiar la música desde una perspectiva más amplia, considerando el proceso interpretativo como el eje central del análisis musical. Esta nueva visión se aleja de la concepción estricta de seguir la partitura de manera rigurosa y abre la puerta a una interpretación más viva y dinámica, donde se establece un diálogo entre el intérprete y el oyente.

El concepto de la interpretación musical ha evolucionado hacia un modelo más flexible y participativo. En lugar de seguir un guion estricto basado en la partitura, se ha gestado un cambio hacia una interpretación más cercana a la performance. Este enfoque pone en el centro de la escena la interacción entre el intérprete y el público, con protocolos establecidos que guían la experiencia, pero con un nivel de improvisación y adaptabilidad que permite una mayor conexión emocional y comunicativa. Los conciertos se convierten, así, en un acto social que involucra a varios agentes: el intérprete, el público y las condiciones de la programación musical.

La programación musical ha sido identificada como una tarea compleja que involucra varios actores: el programador, el intérprete y el oyente. Cada uno de estos roles está condicionado por factores externos como el repertorio disponible, el mercado, el presupuesto y el formato del evento. El programador es responsable de seleccionar las piezas a interpretar, el intérprete decide qué obra tocar en público, y el oyente, por su parte, decide si le compensa asistir al evento. La programación también está influenciada por las estructuras sociales, culturales y económicas en las que se enmarca. Además, no es solo un proceso técnico, sino también una negociación entre estos diferentes actores. Es crucial identificar y analizar las tendencias que marcan la programación de conciertos, observando patrones recurrentes y coincidencias entre compositores, obras y estilos. Un estudio realizado entre 2010 y 2015 revela que, en la mayoría de los conciertos, predominan obras de compositores del siglo XIX, lo que refleja una fuerte tradición cultural y una preferencia por repertorios clásicos. Esto contrasta con otros campos artísticos, donde las repeticiones no son tan frecuentes.

El concepto de comisariado musical surge como una forma de transferir los resultados de la investigación musicológica a un público más amplio. En lugar de mantenerse dentro del ámbito académico, la musicología aplicada busca hacer más accesible y comprensible el conocimiento musical. En este contexto, el comisario musical actúa como un puente entre la investigación y la práctica concertística. Este papel se asocia a la figura del director artístico, quien tiene el poder de decidir qué se va a interpretar, cómo se va a organizar el espacio y cómo se va a financiar el evento.

El comisariado musical también se caracteriza por su vocación de proponer una mirada innovadora y distinta sobre la música. La programación de conciertos no solo debe centrarse en traer a buenos intérpretes, sino en ofrecer una propuesta musical que aporte una visión única sobre las obras que se interpretan. Este enfoque implica concebir programas que intensifiquen la experiencia del oyente y busquen explorar nuevas formas de escuchar música. Las tipologías de escucha innovadora incluyen conciertos escenificados, conciertos visuales y conciertos experienciales, donde se incorpora teatro, iluminación, vestuario y otros elementos para transformar la interpretación en una experiencia multisensorial.

Este cambio de paradigma plantea nuevos desafíos y oportunidades para la interpretación y la programación musical, transformando el concierto en un espacio de interacción, reflexión y experimentación.

Después de su explicación, se hizo un breve descanso y terminó su presentación. Finalmente, hubo un turno de preguntas del alumnado con Miguel Ángel.

Tras la conferencia, tuvo lugar la entrevista-coloquio «Gestión cultural y programación», con la participación del propio Miguel Ángel Marín López (Universidad de La Rioja) y por nuestra ex-profesora de Musicología Nieves Pascual León (Palau de la Música de Valencia), y estará moderada por el profesor Ignacio Prats Arolas (CSMV).

En esta mesa redonda se habló en primer lugar, de la importancia de dar respuestas eficientes en situaciones imprevisibles. La subdirectora de Música del Palau de la Música de Valencia ha sido una figura clave en la gestión de los conciertos y eventos musicales en tiempos de crisis, la DANA. Ante la tragedia, se produjo un acto de solidaridad y unidad musical que trascendió las barreras físicas y conceptuales de la música misma. La reubicación de los conciertos fue una necesidad y se organizó un concierto extraordinario cuyos fondos irían destinados íntegramente a las víctimas de la DANA. Este gesto fue impulsado por la voluntad colectiva de un grupo de artistas y colaboradores que, de manera desinteresada, decidieron unirse para apoyar a los afectados. Entre los participantes de este evento se encuentran grandes nombres como el director Gustavo Dudamel, el Coro de la Generalitat Valenciana y el músico Pacho, quienes ofrecieron su talento sin ningún tipo de remuneración.

El proyecto se erige como un ejemplo de cómo la música, a través de la voluntad humana, puede trascender las barreras físicas y emocionales. La música, en este contexto, se convierte en una herramienta poderosa para unir a las personas y aportar esperanza en medio de la adversidad. El evento mostró cómo, cuando las teorías se desvanecen, las acciones humanas y musicales logran superar cualquier obstáculo. La voluntad de acercamiento entre los individuos se demostró no solo en la organización del evento, sino también en la solidaridad compartida entre todos los involucrados.

La intervención de voces indirectas, como las de los organizadores, voluntarios y públicos, aportaron una dimensión humana que modificó el concepto de lo que es un evento musical. Las barreras entre el escenario y el público se diluyeron, permitiendo una interacción más directa, más allá de la ejecución de la obra musical.

Este tipo de proyectos también permite extraer conclusiones valiosas sobre la capacidad de la música para movilizar emociones y sensibilizar a la sociedad. La música se convierte en una vía de acción directa, algo que la subdirectora destaca en sus intervenciones. En el contexto de un proyecto didáctico, este tipo de acciones abre el camino para involucrar al público de una manera más activa, convirtiéndolo en un agente esencial dentro de la experiencia musical.

Además, también se habló sobre la programación del Palau. La subdirectora destaca que existen tres visiones compartidas entre los directivos del espacio. La programación busca un equilibrio entre diferentes tipos de públicos, combinando propuestas que varían tanto en estilos como en enfoques. A veces, la programación incluye una mezcla de obras conocidas con piezas menos convencionales, en un esfuerzo por alimentar a distintos públicos. En palabras de la subdirectora, la idea es ofrecer «un poco de aquí y de allá», es decir, integrar una diversidad de perspectivas musicales que puedan atraer tanto a los aficionados más tradicionales como a aquellos que buscan nuevas experiencias sonoras.

Este enfoque ecléctico en la programación no solo refleja una visión inclusiva de la música, sino también la intención de fomentar la interacción entre distintos grupos de oyentes. A través de esta diversidad, se promueve una experiencia más rica y plural que alimenta y revitaliza la oferta cultural del Palau de la Música.

La jornada concluyó con los agradecimientos del profesor Ignacio Prats Arolas y con unas delicadas y emocionantes palabras de Rafael Sánchez Mombiedro, jefe de departamento de Pedagogía y musicología.

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