Por Cristina Simó Monleón
La pasada semana, el Conservatorio Superior de Música de València acogió el estreno y posteriores representaciones de la ópera Il viaggio a Reims, de Gioachino Rossini, bajo la dirección musical de Juan Pablo Hellín, con propuesta escénica de Eugenia Corbacho.
Dicha ópera, estrenada por primera vez en París en 1825, fue encargada al compositor para conmemorar la coronación de Carlos X de Francia, nombrado monarca un año antes. Rossini, asentado ya internacionalmente como figura de referencia, ostentaba entonces el título de gestor y director musical del Théâtre Italien. Entre otras responsabilidades, su contrato exigía que presentara regularmente nuevas composiciones, entre las que se encuentra Il viaggio a Reims, con libreto de Luigi Balocchi basado en la novela de Madame de Staël Corinne ou l’Italie.
El estreno contó con las mejores voces de la época, pero debido a la negativa del compositor para autorizar nuevas representaciones, la obra cayó en el olvido hasta finales del siglo XX, cuando los manuscritos fueron recuperados por la musicóloga estadounidense Janet Johnson. Musicalmente, cabe destacar el Gran Pezzo Concertante, a 14 voces, con el que Rossini se corona como maestro en el uso de los conjuntos. Actualmente, Il viaggio a Reims forma parte del repertorio habitual, siendo representada en el Palau de les Arts en 2020.
Esta ópera bufa en un acto se sitúa en el balneario Il giglio d’oro, regentado por Madame Cortese, al que acuden viajeros de toda Europa que se dirigen a Reims para presenciar la coronación del rey. Secundada por Maddalena y Antonio, criados del balneario, Madame Cortese intenta contentar a sus huéspedes, atendiendo a sus peculiares peticiones. Triángulos amorosos, desmayos, extravagancias varias… todo tiene cabida en el balneario francés. Destaca Corinna, la poetisa romana que embelesa a todos con sus cánticos.
Sin embargo, el ánimo de los viajeros parece enturbiarse cuando reciben una fatal noticia: debido a la elevada demanda de carruajes, resulta imposible continuar el viaje hasta Reims a tiempo para asistir a la gran coronación. Por suerte, Madame Cortese anuncia que, en compensación, el rey ha decidido ofrecer una gran fiesta en París para todos aquellos que no puedan acudir a Reims. Finalmente, todos pueden disfrutar alegremente de una fiesta en el balneario, a la espera de viajar hasta París al día siguiente, mientras ovacionan al rey Carlos X.
Alumnado del Máster de Interpretación Operística del Conservatorio, así como ciertos estudiantes de grado, pudieron dar voz a estos personajes en la producción que vio la luz la pasada semana. De la misma manera, la orquesta también estuvo formada por alumnado de la optativa de Taller Operístico, dirigidos por Juan Pablo Hellín, profesor del centro, y por Carlos Martínez-Villanueva y Carlos-Amado, estudiantes del grado de dirección. La obra contó también con la participación del coro, dirigido por Nadia Stoyanova, profesora del centro.
Además, cabe destacar la presencia de las solistas Miriam Roig, arpista, y Candelaria Pont, flautista. Finalmente, los profesores de repertorio Pablo García-Berlanga y Elena López con su interpretación al clave fueron los encargados de poner música a los recitativos.
En cuanto a la dirección de escena, corrió a cargo de Eugenia Corbacho, profesora de escena del centro, quien supo ilustrar a la perfección la trama histriónica y el humor en ocasiones incluso absurdo de la obra, ofreciendo una producción divertida a la par que elegante, dinámica, inteligente y repleta de detalles.
La directora se decantó por una puesta en escena contemporánea, construyendo un paralelismo entre el Giglio d’oro y uno de los muchos reality show que tienen lugar en la actualidad. Igual que sucede en estos programas, la obra de Rossini muestra los sinsentidos y las pasiones del ser humano, llevadas al extremo por un peculiar grupo de personas que, por circunstancias de la vida, se encuentran de pronto encerradas en un mismo sitio.
Ambientado por tanto en un balneario del siglo XXI, este dramma giocoso se convirtió en el eje central de un docurreality a la última moda. Los personajes, brillantemente interpretados por el alumnado, lograron con éxito traspasar el escenario y las cámaras y acercarse a un público entusiasmado, obteniendo como resultado un espectáculo de primer nivel tanto musical como escénicamente.
Las cuatro representaciones de la producción finalizaron con grandes ovaciones, y no queda más que felicitar a todos los implicados por el trabajo realizado.
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