Por Esther Cepero Díez
Si hay algo que queda patente en la idiosincrasia del pueblo valenciano, es la devoción que siente hacia su Patrona, La Virgen de los Desamparados. No es indiferente para propios y extraños, la admiración que los creyentes y los que no lo son tanto, sienten hacia la imagen de la cariñosamente apelada Geperudeta. Incuestionablemente ligada a ella se encuentra la Escolanía de niños que a diario cantan a sus pies y que este año celebra el sexagésimo aniversario de su fundación, en 1958 por iniciativa del entonces arzobispo de Valencia, Marcelino Olaechea. Por ella han pasado cientos de niños que han alternado su actividad litúrgica con los estudios reglados y musicales. De su cantera han salido destacados músicos profesionales entre los que destacan nombres como Ignacio Giner, Rafael Sánchez Mombiedro, Óscar Colomina, José Ramón Martín, Javier Palacios, Jorge J. Morata o Mario Cerdá, entre otros.
Agrupación que con el devenir de estos 12 lustros de existencia ha ido ganándose el prestigio del público asistente a los actos litúrgicos en los que participa, así como relevancia en el campo sinfónico-coral y operístico. Algo que queda manifiesto en la multitud de galardones procedentes de diferentes entidades que posee en su haber, destacando sobre todo, la concesión por parte del Excmo. Ayuntamiento de Valencia de la Medalla de Oro de la Ciudad, así como una plaza en su nombre.
La formación, desde sus inicios ha sido dirigida por los rvdos. D. José Estellés, D. Emilio Meseguer y el incombustible, D. José Climent Barber. En la actualidad y desde 1990, esta tarea es realizada por el musicólogo y pedagogo musical Luis Garrido, director a su vez, de la Coral Catedralicia de Valencia y la Schola Gregoriana Laetentur.
En primer lugar, ¡Muchas gracias por concederme la entrevista y enhorabuena por el aniversario!
P: Supongo que es un orgullo estar al frente casi treinta años de una institución como la Escolanía de la Virgen. Tan apreciada por el público como venerada es la imagen a la que se debe. Y más aún, si cabe, en este año que se conmemoran los sesenta años de su creación.
R: Muchas gracias Esther por tu felicitación y por tus palabras introductorias. No cabe duda que es un orgullo personal y profesional dirigir la Escolanía de la Virgen. Primero por tradición, pues estas instituciones de una manera u otra son fiel reflejo de las capillas de música tan en boga en el renacimiento y por supuesto, porque coger el testigo de otros directores de sobrada valía es un prestigio, además de que coincide con estos sesenta años y evidentemente, como tú dices, todo lo que envuelve a nuestra “Patrona” es digno de admiración.
P: Desde la perspectiva de antiguo escolán y ahora director ¿Cómo ha evolucionado la formación a lo largo de este periodo de tiempo?
R: La evolución ha sido muy importante a la par que exigente. Una tarea muy importante para cualquier escolanía es la de saber adaptarse a las circunstancias sociales y especialmente educativas. En ello pusieron empeño mis predecesores y es para mí, como creo que se puede observar en todo lo que hace la escolanía, un objetivo. Podemos decir que nuestro centro es una escuela educativo-musical del siglo XXI; en el plano de la enseñanza reglada somos un colegio privado-concertado y a nivel musical la evolución de nuestra escuela de música ha sido fundamental para estar ahora en el momento tan importante en el que nos encontramos. Bien cierto se puede decir que esta institución siempre ha velado por una exigente formación de sus alumnos y no ha escatimado esfuerzos y sacrificios en pos de esta meta.
P: En su presentación, la víspera de la festividad de la Inmaculada Concepción del 1958 estaba constituida por 45 niños, ¿Se mantiene este número o ha ido fluctuando a lo largo de su existencia?
R: Pues este año son 47 niños los que forman parte de la Escolanía. Diríamos que entre 45 y 50 son las plazas idóneas para desarrollar nuestra actividad. 36 son escolanes que cantan a diario ante la Sagrada Imagen de la Virgen de los Desamparados y 11 son los recién revestidos nuevos escolanes que se han incorporado este año al centro. Tenemos que reconocer que, a pesar de las dificultades, que las hay, la Escolanía mantiene un número de niños adecuado y hace apenas cinco años adaptamos nuestras instalaciones perfectamente a nuestras necesidades educativas consiguiendo un clima académico-musical muy interesante.
P: Cuéntenos, ¿Cómo es el proceso de selección de los nuevos escolanes? ¿Qué ocurre con los niños seleccionados?
R: Es algo complejo, no cabe duda, a la par que necesario pues las plazas que ocupan nuevos escolanes, en definitiva nuevas familias, tienen que estar muy bien asignadas. Te doy un dato; empleamos dos tercios del curso escolar en promocionar y renovar la matrícula de la escolanía. Evidentemente, los niños acceden con unas condiciones mínimas musicales que les van a permitir hacer lo que es nuestro objetivo fundacional: cantar a la Virgen.
Este es el proceso: vamos a probar voces de niños o ellos vienen al colegio a hacerlo. Los que tiene condiciones o atisbamos que las tienen, en cuanto a la voz y el oído, les invitamos a unas jornadas de puertas abiertas. A partir de aquí invitamos a los niños y sus familias a participar en un proceso de selección, siempre musical, con el fin de que ambas partes, familias y colegio nos conozcamos y tengamos claras nuestras expectativas. Con ello llegamos a final de curso donde casi siempre llegamos a buen puerto y les comunicamos a los padres que sus hijos pueden formar parte de la escolanía el curso siguiente.
Este camino de adaptación se allana mucho si realmente se conoce bien qué es la escolanía, cuál es su proyecto pedagógico, cuales las herramientas tan buenas que tenemos al servicio de la educación, el gran equipo humano que tenemos al servicio de los niños, nuestra infraestructura, en definitiva un proyecto integrador de educación en valores cristianos a través de la música.
P: Permítame una pregunta maliciosa. Si bien tengo entendido, las etapas educativas que se abarcan son de 3º de E. primaria a 2ª de la E. S. O. ¿No supone un cambio drástico, tanto para el niño que entra como al preadolescente que sale, incorporarse a etapas educativas iniciadas y no concluidas respectivamente, en nuevos ambientes?
R: ¡Qué bien que me preguntes esto! La respuesta es que: para nada; es más difícil salir que entrar, lo sabemos, pero es que la famosa “muda” de las voces viriles es lo que tiene… qué más quisiera yo que no mudaran, de verdad te digo, y sabes, que muchos quebraderos de cabeza se me irían. En esta escolanía amoldada al siglo XXI, tenemos claro que los escolanes no pueden bajo ningún aspecto entrar en nuestro colegio y apartarse o evadirse del mundo, en absoluto. Para ello, gozan de sus vacaciones, los sábados están en casa a la hora de comer, participan en actividades pastorales en parroquias, son componentes de bandas y orquesta de sus pueblos, barrios… en fin, tienen una actividad un poco más ajustada que otros niños, pero igual de inclusiva. De hecho, este curso hemos logrado que se vayan todos los días a casa media hora, y es en pos de estas cuestiones.
P: Existe un número significante de Escolanías a lo largo del territorio peninsular, algunas de ellas con siglos a sus espaldas. ¿Podría establecer diferencias y similitudes entre estas y la que Ud. dirige?
R: Nosotros por expreso deseo del que era arzobispo de Valencia, Marcelino Olaechea, y las personas a las que se les encomendó poner en marcha la escolanía, estamos fundados bajo la concepción más clásica y creo que auténtica de escolanía. No en vano estas personas, especialmente nuestro querido director-fundador y mi maestro José Estellés, recorrió Europa visitando este modelo de escolanía que se caracterizan por tener una integración de cuatro cuestiones fundamentales: colegio reglado, escuela de música, residencia y voces de varón. Desde este punto de vista lo que tan solo nos diferencia de estas escolanías y solo de algunas, es que son centenarias. Hablamos de la Escolanía de Montserrat, de la de Covadonga, los Infantillos del Pilar o San Lorenzo del Escorial. La del Valle de los Caídos y la nuestra son contemporáneas, del 58.
Y otra cosa, Esther, son las escolanías que no se encuadran en estas condiciones y que se denominan escolanías (muchas veces como un efecto llamada, con cierta nostalgia, o que sí tiene algunas de estas características citadas arriba y que son muy loables, por supuesto) pero no forman parte del selecto grupo de las citadas antes.
P: Según reza el dicho: “Corren malos tiempos para lírica”, sin embargo, la Escolanía goza de buena salud si atendemos a su intensa actividad, no solo en lo que al plano litúrgico se refiere, sino a su asidua participación en las diversas temporadas operísticas del Palau de Les Arts. ¿Cómo se prepara a los niños para tan frenética actividad?
R: Cierto es que la escolanía tiene una gran movimiento artístico-coral, sin ir más lejos canta diariamente, excepto los domingos y no cabe duda de que esto es posible ensayando mucho y aplicando estándares de disciplina, de hábito de estudio, de compromiso, que realmente son muy beneficios para su formación. Hablas del Palau de les Arts, pero no olvidemos el Palau de la Música con la Orquesta de Valencia y tantos y tantos escenarios donde actuamos. Resulta ciertamente abrumador hacer un listado de obras sinfónicas y óperas en las que ha participado la escolanía, de verdad. Desde música medieval, con Capella de Ministrers sin ir más lejos, pasando por cualquier período musical. Tenemos un currículum al respecto envidiable, y para mí es un honor poder decir que la Escolanía canta a menudo y es solicitada para tantos proyectos artísticos, pues creo que demuestra el buen camino por el que vamos al respecto, a la vez que pone en valor el fruto de lo que se hace especialmente en la escuela de música.
P: Trabajar con niños siempre es una tarea ardua. ¿Cómo se inculca la disciplina necesaria para hacer frente a la liturgia diaria para la que fue fundada, la actividad académica, el estudio musical y el trabajo de diferentes repertorios?
R: Resulta que muchas veces subestimamos lo que pueden hacer los niños en el plano académico, artístico, deportivo, y esto es una riqueza que debemos saber explorar, pues son muy capaces. Si somos exigentes en su formación, conseguimos inculcar unos valores fundamentales para su posterior devenir allá donde sea. Nuestra escuela de música funciona cuatro horas al día, y es una fuente continuada de experiencias musicales. Es cuestión de organizarse, de tener claros los objetivos y remar todos, niños, padres y educadores en el mismo sentido.
P: Ahora sí, háblenos del 60 aniversario. ¿Qué actividades/actos tienen previstas para su celebración?
R: Es un gozo poder celebrar nuestro sesenta aniversario y así hemos querido demostrarlo ad intra y también para la sociedad en general. Hemos conseguido nuevos retos para los escolanes como que a partir de este curso puedan estudiar órgano, o que hagan actividades deportivas con la Fundación del Valencia CF; y especialmente nos hace mucha ilusión presentar el próximo 30 de noviembre nuestro nuevo CD titulado “Quid retribuam Domino” donde hemos grabado unas piezas preciosas que normalmente interpretamos en la Basílica así como otras obras muy significativas para la institución como las Salves Solemnes con voces graves de antiguos escolanes.
También hemos echado mano de nuestros antiguos escolanes, y uno de ellos Christian Roca, ha compuesto unas piezas para voces blancas y órgano muy interesantes. Todo esto, junto a la interpretación de un Te Deum de Josep Haydn conformará el acto central de nuestro aniversario. Y como colofón, el próximo mes de marzo nos vamos toda la escolanía de peregrinación a Roma, en lo que queremos que sea un cierre de sesenta aniversario a la altura de lo que es hoy en día la Escolanía de Ntra. Sra. de los Desamparados.
P: ¿Qué proyectos, en un futuro más o menos inmediato, le esperan a la Escolanía?
R: Pues variados, la verdad. En diciembre cantamos la Sibila en la Catedral con Capella de Ministrers, luego tenemos varios conciertos de Navidad, y ya para dentro de unos meses se están gestando conciertos de Semana Santa donde interpretaremos el “Miserere” de Hasse y algunos conciertos de carácter religioso en diferentes poblaciones.
P: Para concluir, ¿Qué objetivos le gustaría conseguir en los años venideros al frente de la institución?
R: Si te digo la verdad tengo el placer de decirte que después de casi treinta años ya he cumplido unos cuantos, pero las circunstancias mandan y a veces los objetivos vienen casi que impuestos. Así pues, el hecho de que puedan seguir siendo niños varones puede ser un objetivo inmediato; si Dios quiere podremos seguir con esta tradición secular. Otro sería mantener nuestro interés en general y que siempre tengamos demanda de niños con buenas voces y padres involucrados en esto.
A título personal y académico, me gustaría que en la escolanía tuviéramos cuanto antes una buena escuela de organistas, como creo que lo tenemos de otras especialidades musicales; también que pronto tengamos la posibilidad de ser un conservatorio profesional, y finalmente que seamos cada vez más conocidos en el ámbito cultural y social, pues en nuestro afán luchador y renovador no nos conformamos con el status actual, siempre queremos mejorar.
Muchas gracias por esta entrevista. Un placer.
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