Por Ana Martínez Deltoro
Los pasados 27 y 28 de Mayo tuvimos la gran suerte de contar en el CSMV con la presencia del pianista y pedagogo Josep Colom, quien ofreció una serie de clases magistrales a algunos de los alumnos que conforman el Seminario de Piano del centro.
La dilatada, sólida y reconocida trayectoria profesional de Josep Colom, nacido en Barcelona en el año 1947, hace que no necesite prácticamente carta de presentación. La música siempre estuvo presente en su ambiente familiar y, aunque sus padres no eran músicos de profesión, su apoyo incondicional tanto emocional como económicamente hablando fue esencial para que Josep Colom pudiese hacer de la música su oficio. Así, estudió piano y composición en Barcelona y también en París, donde fue alumno de l’École Normale de Musique.
Los premios que obtuvo durante su juventud en algunos concursos, como los internacionales de Jaén y de Santander, le dieron la visibilidad y el empujón necesario para que su carrera profesional comenzase a despegar. Desde entonces, no ha dejado de pisar escenarios, no sólo a lo largo del territorio español, sino también más allá de sus fronteras, siendo particularmente Francia uno de los países en los que mantiene una mayor actividad.
Ha grabado gran cantidad de discos con la música de diversos compositores como Brahms, Franck, Blasco de Nebra, Mompou, Falla, Chopin, Debussy, Ravel… Como él mismo reconoce, su temperamento reservado e introvertido hace que se sienta más reflejado en la música de cámara y en la música solista, aunque, sin embargo, no ha renunciado a las ocasiones de disfrutar de la interpretación del repertorio con orquesta.
A parte de su trayectoria como concertista, la pedagogía se ha convertido poco a poco en algo muy valioso y en una oportunidad, gracias al contacto con los músicos más jóvenes, de renovar el entusiasmo por el redescubrimiento del gran repertorio. Esta vez, fueron los alumnos del CSMV los que pudieron disfrutar de la actividad pedagógica que Josep Colom lleva años desempeñando.
Esta masterclass, inicialmente propuesta para los días 27 y 28 de Enero, tuvo que ser pospuesta por coincidir estas fechas con una situación sanitaria muy alarmante que incluso llegó a motivar el cambio a la modalidad online en nuestro centro. Afortunadamente, la actividad pudo llevarse a cabo en las nuevas fechas propuestas y en unas condiciones de total presencialidad que favorecieron un ambiente de aprendizaje óptimo tanto para alumnos activos como para oyentes.
En este sentido, fue el auditorio el lugar escogido para desarrollar esta actividad, lo que permitió no sólo poder disfrutar durante las clases de la sonoridad que ofrece esta sala, si no también proporcionar una posibilidad más amplia de aforo que garantizase a su vez el cumplimiento de todas las medidas de seguridad.
En esta ocasión, fueron once los alumnos que pudieron recibir los consejos de este gran pianista y pedagogo catalán. El compositor más interpretado durante estas dos jornadas de clases magistrales fue Chopin, con sus Sonatas nº 2 y 3, la Gran Polonesa Brillante op. 22 y una selección de estudios tanto del opus 10 como del opus 25. También pudo escucharse a otros compositores como Beethoven a través de obras como su Sonata op.31 nº3, o Debussy, siendo en este caso escogidas la primera y la segunda de sus Estampas.
Josep Colom aportó durante las clases consejos de muy variada índole, algo lógico resultado de los requerimientos de tan variado repertorio y de las necesidades concretas de cada alumno. Pero lo quedó patente fue su capacidad para detectar el origen de los problemas técnicos e interpretativos y de plantear estrategias de abordaje. En este sentido y especialmente en relación al abordaje de dificultades técnicas, defendió la necesidad de acotar el problema y trabajarlo de forma fraccionada, siempre evitando la repetición compulsiva y defendiendo una repetición consciente en búsqueda continua de la mejora. Como mecanismo para buscar la progresividad en el abordaje de las dificultades, defendió también la necesidad de partir del problema inicial para ir progresivamente incorporando al fragmento trabajado nuevos elementos que añadan dificultad.
Si algo pudo apreciarse también durante el desarrollo de las clases fue el respeto de Josep Colom hacia las diferentes versiones que una misma pieza puede admitir, algo que se convierte en un verdadero gesto de humildad. Como reconoció en varias ocasiones, la partitura no puede contener todo lo que la música engloba, lo que la convierte en un elemento orientativo que necesariamente ha de ser completado por el intérprete. Además, como también señaló, la partitura representa la versión de un compositor en un momento determinado y no necesariamente tiene por qué ser la definitiva. Esto ofrece al intérprete un elevado margen a la hora de enfocar su interpretación de las obras, margen que termina en el momento que éstas se desvirtúan y comienzan a alejarse de lo que realmente son.
También insistió en la necesidad de no transformar el estudio en una carga, en algo aburrido. Debemos afrontarlo con creatividad y con un interés enfocado hacia el descubrimiento de las piezas que estamos interpretando. En su propia experiencia, esta actitud le ha permitido seguir redescubriendo obras que incluso lleva décadas interpretando. Al margen de los consejos enfocados a la interpretación y estudio de las obras trabajadas durante la masterclass, la utilidad de esta actividad fue más allá, resultando muchas de las recomendaciones y sugerencias de Josep Colom extrapolables a la actividad de cualquier pianista en particular y músico en general, tanto desde el punto de vista del estudio como el de la interpretación.
Contar en el CSMV con la presencia de este reconocido pianista y pedagogo ha supuesto una gran oportunidad para los alumnos del Seminario de Piano de enriquecer su formación. Pese a las dificultades de desarrollo de la actividad relacionadas con la situación sanitaria, todos los esfuerzos llevados a cabo por los responsables de la organización no han sido en vano, pues han permitido que esta gran experiencia haya podido desarrollarse con éxito. Es por ello que solo queda dar las gracias, tanto a Josep Colom como a todos aquéllos que han permitido que esta actividad tan enriquecedora haya podido llevarse a cabo.
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