Por Claudia García Román
El pasado martes 21 de mayo, el Auditorio del Conservatorio Superior de Música de València se convirtió en el epicentro de una experiencia musical inolvidable. La magnífica banda nos deleitó con un concierto que no solo cumplió, sino que superó todas las expectativas demostrando así, todo el trabajo realizado durante el curso. Su director, Jesús Cantos Plaza estuvo muy acertado en la elección de las obras ofreciendo un amplio abanico de estilos musicales. A todo esto, se unieron también dos alumnos de dirección que al igual que el resto de componentes, fueron protagonistas. Ellos son, Víctor Cabañero Diana y Alejandro Muñoz Gómez.
Víctor Cabañero fue el encargado de hacer el arranque del concierto con la maravillosa Overture for Winds compuesta por Charls Carter. Durante los 5 minutos que duró la obra, el público quedaba atónito por el gran empaste que tiene la banda, con una sonoridad uniforme. Pudimos apreciar, además, una gran cantidad de cambios de color y una precisión rítmica que nos demostró el alto nivel de los músicos y la facilidad con la que lo muestran al público.
A medida que avanzaba la tarde, la banda nos llevó en un viaje a través de diferentes épocas y estilos musicales. Tras la obertura, Alejandro Muñoz fue el encargado de dirigir Second Suite of Gustav Holst, donde la banda pudo demostrar una vez más, el altísimo nivel que tiene. Empezó con un primer movimiento intenso y a la vez con un tono marcial donde el bombardino demostró todas sus habilidades durante un largo solo que presentaba el tema. Según avanzaba la sinfonía, todos y cada uno de los allí presentes pudimos disfrutar de los que más nos gusta y además viendo disfrutar a gente haciendo lo que más les gusta.
Sin duda alguna, es importante mencionar y alabar al clarinete principal, Pablo López ya que durante toda la suite lo escuchamos introducir diferentes temas que luego fueron pasando por el resto de los instrumentos de la banda. El bombardino, Arnau también tuvo gran papel protagonista ya que fue el encargado de realizar las segundas melodías solistas.
Tras la magnífica interpretación de la Segunda Suite de Holst, interpretaron Divertimento for band del compositor, profesor y pianista Vincent Persichetti. Durante la interpretación, los allí presentes pudimos disfrutar del grado de exactitud rítmica que la obra exigía con unas trompas que estuvieron muy acertadas y conjuntas demostrando así que, a pesar de ser tres, sonaran como si de una sola se tratara. Dada su similitud con la suite, durante el divertimento pudimos apreciar movimientos muy alegres y frenéticos y también otros más calmados y expresivos teniendo como protagonistas al corno, clarinete, flauta y saxo intercambiándose la melodía.
Tras la magnífica interpretación de la Segunda Suite de Holst, interpretaron Divertimento for band del compositor, profesor y pianista Vincent Persichetti. Durante la interpretación, los allí presentes pudimos disfrutar del grado de exactitud rítmica que la obra exigía con unas trompas que estuvieron muy acertadas y conjuntas demostrando así que, a pesar de ser tres, sonaran como si de una sola se tratara. Dada su similitud con la suite, durante el divertimento pudimos apreciar movimientos muy alegres y frenéticos y también otros más calmados y expresivos teniendo como protagonistas al corno, clarinete, flauta y saxo intercambiándose la melodía.
No podemos dejar pasar la asombrosa interpretación que hicieron del poema sinfónico Spartacus del compositor belga Jan Van der Roost. Este poema está basado en el personaje real del gladiador de origen tracio que el cine dio a conocer con tracio que el cine dio a conocer con la imagen de Kirk Douglas. Durante la interpretación, pudimos escuchar las tres grandes partes, la primera parte es muy enérgica y con un carácter oriental que desde el primer acorde de los metales nos atrapa en la obra. A partir de la intervención de la flauta, Van der Roost muestra un lado más íntimo que si pensamos en la historia recrea los sentimientos de gladiador hacia la esclava Varinia y, la última sección, es agresiva y marcial con la finalidad de representar la revuelta de esclavos que él mismo dirigió contra la opresión de Roma. Para finalizar este maravilloso poema sinfónico, pudimos escuchar de nuevo el dulce sonido del corno para enamorar y dejar al público boquiabiertos tras la interpretación.
Jesús Cantos Plaza puso el broche final al magnífico concierto con la obra Music for a Festival del conocido compositor londinense Philip Sparke dejándonos asombrados y teniendo la necesidad de levantarnos para ovacionar el gran trabajo realizado por todos y cada uno de los músicos.
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