VIOLÍN SOLO EN EL HALL

Por Laura Pastor

El pasado 25 de mayo, los alumnos de violín de Cecília García hicimos un concierto con el título de Violín Solo al Hall, que consistía en una actividad para intentar afrontar el miedo escénico en otro tipo de escenario, con obras distintas y, en definitiva, un contexto diferente en el que interpretar. Durante todo el curso la profesora ha tenido muy en cuenta el ayudarnos en la preparación mental antes de una audición para que no solo madurásemos técnicamente o musicalmente en el instrumento como tal, sino que también lo hiciéramos a nivel mental.

Los alumnos que participamos en esta actividad fuimos los de los cursos de segundo y tercero, que nos organizamos entre tríos y dúos para montar las obras de estilos tan variados como ragtimes, tangos o música para cine. Para el final de la audición preparamos unas obras que tocamos todos juntos dirigidos por la profesora.

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El primer grupo en tocar fueron Celia Sáez, Júlia Ferriol y Xavi Garcia, que tocaron Paragon Rag y Maple Leaf Rag de Scott Joplin.

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A continuación Anna Payà y Laura Pastor, tocamos un par de tangos de Carlos Gardel: Por una cabeza (tango que aparece en la película Esencia de Mujer) y Volver.

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La siguiente intervención fue una obra para violín solo que interpretó Xavi Garcia: Sally Goodin’ de Bill Monroe.

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El último pequeño grupo lo formaban Anna Mollà, Celia Montañez i Xavi Garcia, quienes tocaron Pineapple Rag y Heliotrope Bouquet, ambas piezas también de Scott Joplin.

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Las obras que tocamos todos juntos eran Maria de Bernstein (del musical West Side Story), Moon River de Henry Mancini (famosa por la película Desayuno con Diamantes donde la canta Audrey Hepburn), Entertainer de Scott Joplin y, como sorpresa final, la audición terminó con Viva la Vida de Coldplay.

Lo que se estuvo comentando al finalizar el concierto fue que la actividad había resultado ser interesante, al ponernos en otro tipo de situaciones a las que estamos acostumbrados y ver como reaccionábamos frente a ellas. En mi opinión influyeron varios factores como el entorno, las obras y sus dificultad y la manera de afrontar estar audición, pero me quedaría con la sensación que experimentamos que, en mi caso, fue de olvidarme bastante del estrés al que estoy acostumbrada cuando alguien me escucha tocar.

Creo que es interesante que, en una carrera como esta en la que se requiere mucho esfuerzo emocional, se tenga también en cuenta el entrenamiento que esto conlleva. Tal vez creamos que, al ser un repertorio que no consideramos un reto al que enfrentarnos, no vaya a tener los mismos resultados, no vaya a resultar efectivo, y en cierta manera es así. Pero como digo, creo que se trata de captar una sensación que nos ayude a exponernos al público de una forma más relajada; hacer un análisis de cómo nos hemos enfrentado a esta audición y plasmarlo en un futuro, cuando tengamos que exponernos a un público en otro contexto totalmente distinto, sabiendo que podemos tocar para un público sin ningún tipo de presión, porque al fin y al cabo en ambos casos es música.

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