Semana de masterclasses de Viola y de Música de Cámara impartidas por RIVKA GOLANI.

Por Neus Adrià Cervera e Irene Casañ Alonso

El pasado 5 de Marzo se iniciaba en el Conservatorio Superior de Música de Valencia una semana en la que la profesora Rivka Golani impartiría una serie de masterclasses de viola y música de cámara.

Golani, de procedencia israelí, pero con actual residencia en Inglaterra es una reputada violista internacional. Ha actuado como solista en un gran número de orquestas de gran prestigio como la Boston Symphony,  Calgary PhilharmonicRoyal ConcertgebouwBBC Symphony, BBC PhilharmonicHong Kong SymphonySingapore SymphonyRoyal Philharmonic, Rotterdam PhilharmonicIsrael PhilharmonicTokyo Metropolitan, Montreal Symphony o Toronto Symphony, entre otras. Además, más de 250 piezas han sido compuestas específicamente para ella, 60 de ellas conciertos de viola. Ha publicado varios discos interpretando obras de Bach, Brahms, Bartók, Berlioz…

Actualmente es profesora en el Trinity College of Music de Londres, pero su labor docente se reparte por todo el mundo, ya que viaja constantemente para impartir masterclasses.

La semana comenzó con las clases de viola, en las que Rivka mostró un gran conocimiento acerca del repertorio solista para éste instrumento, ofreciendo un  gran abanico de recursos, tanto técnicos como interpretativos, que se pudo ver reflejado al final de cada clase, ya que la evolución de cada alumno durante la clase fue sorprendente.

La profesora Golani mostró una gran vitalidad durante todas las clases de viola, creando inquietudes en sus alumnos acerca de la manera de abordar una nueva obra e incluso de cómo trabajar obras interpretadas con anterioridad desde nuevas perspectivas.

Tras cada clase, la mayoría de alumnos coincidieron en el gran nivel de perfeccionismo de Rivka, buscando siempre hasta el más mínimo detalle en cada interpretación, y sobretodo en la importancia de “no ser pasivos”, es decir, tener siempre ganas de aprender y de realizar todo lo que hagamos de la mejor forma posible.

Durante las clases de música de cámara que impartió en el Conservatorio, la profesora Golani demostró un gran conocimiento de compositores diversos y agrupaciones distintas. Por sus manos pasaron tanto clásicos quintetos de cuerda como novedosas agrupaciones que mezclaban viento, cuerda y tecla. Las obras también fueron de variada índole: no faltaron Mozart ni Mendelssohn, pero también se interpretaron obras de Arutiunian o Amberg.

 

Golani estuvo muy enérgica en todo momento. La profesora, muy perfeccionista por lo que se refiere a las anotaciones de la partitura, hizo aportaciones en todos los ámbitos musicales. En primer lugar, no dejó escapar ninguna indicación en la partitura. En esta línea, subrayó en varios momentos la importancia de no adelantar un ritardando ni hacerlo si no estaba escrito. Trabajó la sonoridad tanto del conjunto como de cada individuo. No se dio por vencida en ningún pasaje, haciendo que los alumnos lo repitiesen y dándoles indicaciones técnicas y musicales para conseguir el objetivo que se había planteado. Además, expresó la necesidad de que la expresión corporal del intérprete acompañase a la música. Por otro lado, Golani aconsejó a los alumnos que trabajasen con una grabación previamente para entender el sentido global de la obra y poder crear a partir de ella una versión propia.

En todo momento tenía su viola a punto para poner un ejemplo, dar una indicación de tempo, métrica… O un simple cambio de posición, sobre todo por lo que se refiere a los instrumentos de cuerda. Sus consejos en técnica fueron muy apreciados por los alumnos, que en numerosas ocasiones reconocieron lo acertado de sus indicaciones.

Sin duda una semana interesantísima con esta gran profesora, ya que tanto en las masterclasses de viola, como de música de cámara, el detallismo con el que abordaba cada obra hizo que incluso se fuese retrasando en las clases que impartía. Golani estaba tan dentro de la partitura que ni se percataba del paso del tiempo y prácticamente no hacía pausas entre grupos.

Como ella misma declaraba en una entrevista para la revista del Conservatorio: “hay que ser siempre activos”. Y, desde luego, esa era la imagen que ella misma ofrecía.

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