ENTREVISTA A ELIA CASANOVA. La voz de la Early Music.

Por Esther Cepero Díez

P: El oboe ha sido por excelencia uno de los instrumentos usado por gran número de compositores para el acompañamiento de la voz. ¿Qué lleva a una estudiante de este instrumento de viento a cambiarlo precisamente por el canto?

R: También es cierto que tocar un instrumento de viento se parece mucho a cantar, y con un poco de técnica de canto se le puede sacar más partido al instrumento.

A mí me pasó al revés. Empecé tocando el oboe en la banda de mi pueblo, Faura. De pequeña me gustaba mucho cantar, y siempre me decían que tenía un buen sonido y fraseo. Mis profesores me motivaron a empezar los estudios de canto. Nunca quise dejarme el oboe, pero llegó un momento en el que tuve que decidir.

 

P: Supongo que, dada la trayectoria y el resultado final de dicho cambio no se arrepiente en absoluto pero, a lo largo de todos los años de estudio, ¿hubo momentos de abatimiento, de querer tirar la toalla?

R: Soy una persona muy positiva, siempre encuentro la manera de sacar lo positivo a las experiencias, así que nunca he querido dejarme la música. Creo que hay mil maneras de disfrutarla. También tengo que decir que he tenido mucha suerte y siempre me he rodeado de gente que me ha motivado y ayudado en todos los aspectos.

 

P: El canto es posiblemente uno de los instrumentos más desconocidos dentro y fuera del ámbito musical, llegando en muchas ocasiones a subestimarse si se compara con otros instrumentistas. ¿Cómo piensa que podría subsanarse esta concepción?

R: Creo que las agrupaciones corales están haciendo un papel muy importante en este aspecto. El conocimiento del instrumento ayuda a entender la dificultad del mismo y a valorar más el trabajo de los cantantes. También es cierto que hay una clara separación entre los instrumentistas y cantantes, y supongo que es cosa de todos que esta separación deje de existir. En Madrid, el conservatorio de canto es un centro aparte y los cantantes no comparten materias con los instrumentistas. Creo que nos perjudica no solo a los cantantes sino también a los instrumentistas.

 

P: Leyendo su curriculum, uno observa que le fue concedida una beca para estudiar música antigua en Birmingham. ¿Qué tal la experiencia? ¿Qué aspectos mejoraría y/o cambiaría de las actuales enseñanzas oficiales de música? Siempre que considere, desde su perspectiva, que sea necesario hacerlo.

R: Lo que destacaría del funcionamiento del Conservatorio de Birmingham es la cantidad de actividades musicales diarias y la implicación de los alumnos en ellas. Los propios alumnos coordinan las actividades, cobran la entrada, venden comida y bebida para sacar dinero para pagar la actividad. Hay conciertos a mediodía y por la noche en casi todas las salas habilitadas para ello. Normalmente de lunes a viernes conciertos de cámara y todos los viernes o sábados gran concierto en el auditorio. Una actividad de conciertos frenética y por ende, mucha sociabilización y escucha entre músicos. Yo conocía a prácticamente a todos los músicos del centro porque los había oído en un concierto o había cantado con ellos.

 

P: A su vuelta supongo que se platearía el “ahora qué” después de tanto años estudiando bajo el amparo que, en mayor o menor medida, proporciona el paraguas  del Conservatorio a sus alumnos. ¿Cómo se encara entonces la salida al mundo laboral?

R: La red social que uno hace durante su vida de estudiante es muy importante en este aspecto. Se comparte información y se difunden los contactos entre compañeros. El boca- oreja ha sido habitualmente el medio en el que se ha transmitido este tipo de información.

Hoy en día también existe la posibilidad de crear un buen perfil en plataformas de autopromoción de músicos, mediante las cuales, se puede hacer promoción tanto activa (en la que envías el material a los programadores), como pasiva (ya que al crear un perfil en estas plataformas te pueden encontrar, escuchar y contactar).

A mí me han funcionado las dos. Hay gente que ha llamado porque alguien le ha dado mi contacto y otros que me han escuchado en alguna plataforma o concierto. Como ya he dicho, he tenido mucha suerte y mis compañeros me han ayudado muchísimo.

 

P: El trabajo, la constancia, la dedicación y por qué no, el factor suerte, son elementos que deben confluir para conseguir el éxito en el campo interpretativo ¿Lo piensa así? ¿Qué porcentaje asignaría a cada uno de ellos?

R: La verdad es que hay mucho trabajo detrás de la vida del intérprete y también mucha paciencia. La inmediatez es algo que no cabe en esta profesión. Hay que ser paciente con los tiempos y no darse por vencido. Un compañero mío, que tiene mucho trabajo, siempre dice que dedica el mismo tiempo a estudiar que a gestionar y promocionar su carrera delante del ordenador.

P: Se dedica principalmente a la Early Music. ¿Son las características y propiedades de la voz las que determinan el repertorio o es el intérprete el que decide qué repertorio quiere interpretar y adecúa esta al repertorio?

R: Supongo que hay gente que puede abarcar varios géneros y gente que se desenvuelve mejor en uno solo. La versatilidad llega cuando el control técnico está asumido. En mi caso fue la gente que me escuchaba la que me encaminó hacia la música antigua, pensaban que mi voz tenía las características necesarias para la polifonía renacentista, poco vibrato, claridad, etc. Y después decidí especializarme, Y aún sigo formándome.

 

P: En su caso, el hecho de tener una voz tan adecuada para la interpretación de música antigua le ha permitido colaborar con agrupaciones reconocidas en el campo de la música históricamente informada. A pesar de ser épocas y repertorios acotados. ¿Se encara de diferente manera vocalmente cada nuevo proyecto?

R: Como siempre digo, el contexto nos da toda la información que necesitamos para poder interpretar con rigor histórico una obra. Dependemos de los instrumentos, de su sonoridad, del lugar en el que solían interpretar o para qué o quién fueron compuestas las obras, en qué punto técnico se encuentra la voz, si es más importante la melodía o la letra Hay que digerir toda esta información y adecuarse a los parámetros interpretativos. Lo que más me suele gustar es la discusión previa con los compañeros sobre temas interpretativos.

 

P: Y, en relación a los compositores de una misma época. ¿Existe diferencia en la música que presentan cada uno según su procedencia? ¿Cómo influye esto a la hora de encarar las obras a interpretar? ¿Qué implicación, como interprete, tiene en la selección de las obras que engloban proyectos tales como L’Universo sulla pelle?

R: Existen diferencias muy notorias entre compositores españoles, italianos, alemanes e ingleses de una misma época. El Renacimiento español fue una época de gran esplendor musical tanto en la calidad de las composiciones como por la cantidad. En cambio, el Barroco italiano y el nacimiento de la ópera representó una época muy prolífica para el repertorio vocal solista.

El proyecto L’Universo sulla pelle ha sido un recopilatorio de ejemplos del seicento italiano, la evolución del madrigal y la aparición de nuevas formas musicales, aunque la pretensión de la grabación no ha sido nada de eso. Nuestro criterio ha sido el propio disfrute de los músicos y equipo. Entre las obra se puede escuchar un poco de todo. Hay dúos, solos, lamentos, textos simples y otros mucho más elaborados. Algunas parecen óperas en miniatura.

 

P: La visón mercantilista de la cultura en general y de la música en particular, es un hándicap para la promoción de determinadas músicas y repertorios, exclusivos casi de un tipo de público muy concreto y con fecha de caducidad a largo plazo. ¿Cómo se podría acercar esta música a las nuevas generaciones?

R: El objetivo principal del equipo que ha hecho posible la grabación de L’Universo sulla pelle es justamente acercar a otro público la música antigua. Aunque hemos seguido criterios de interpretación historicistas, buscamos una puesta en escena más distendida y cercana. En este proyecto también se sugiere un diálogo entre las artes plásticas y audiovisuales, Es fundamental ofrecer valor añadido a los proyectos y programas que propones con objeto de diferenciarlo de los demás.

 

P: Hábleme sobre cómo es trabajar con el grupo vocal La Qvinta Essençia y el ensemble La Tendresa.

R: Con ambos grupos el trabajo es pormenorizado y riguroso. Con la Qvinta Essençia ensayamos habitualmente y leemos mucho repertorio. Trabajamos pensando en nuestro disfrute y crecimiento como grupo. Hemos estado un año preparando el primer libro de madrigales de Marenzio y un año rodando el repertorio antes de grabarlo. Acabamos de empezar un nuevo proyecto que pensamos que tardaremos un par de años antes de poder grabarlo.

El ensemble La Tendresa está formado por instrumentistas que me han acompañado en muchos conciertos con repertorio del Barroco italiano. Todos son profesionales de la interpretación y músicos de talla nacional e internacional. El trabajo con ellos es muy enriquecedor y sencillo, pues todos aportan su gran experiencia y sensibilidad.

 

P: Para finalizar. ¿Cómo se ve en un futuro próximo?

R: Tengo muchos proyectos y muy interesantes, tanto propios como ajenos, y espero seguir con la dinámica de trabajo que he llevado estos últimos años.

 

Espero que siga realizando proyectos tan interesantes a nivel musical.

Muchas gracias por concederme la entrevista. Ha sido un placer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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