THE CREATIVE BRAIN Un documental sobre la creatividad y el cerebro humano en Netflix

Por Laura Navarro Álvarez

“The Creative Brain” es un documental, disponible en Netflix, en el que el neurocientífico David Eagleman investiga sobre la creatividad por medio de conversaciones con profesionales muy diversos.

La creatividad es algo muy personal. Es una cualidad presente en el cerebro de todo ser humano, que podemos aprovechar y que nos diferencia de los animales. La prueba más visible de ello es que los bosques de hoy siguen siendo los mismos después de millones de años; sin embargo, nuestros espacios han cambiado, pues los seres humanos hemos transformado nuestro mundo motivados por ese motor que nos hace únicos y que en estos tiempos que vivimos se hace tan necesario.

A lo largo del documental nos encontramos con personas y escenarios muy diferentes, que nos conducen por el proceso creativo a través de preguntas y experiencias; y poco a poco, vamos descubriendo cuál es el proceso neurológico que sigue nuestra mente, qué capacidades ponemos en práctica, cómo podemos fomentar y cultivar la creatividad, … En definitiva, qué es aquello que hace tan especial nuestro cerebro.

Los animales tienen un cerebro cuya entrada y salida se encuentran muy próximas, por lo que reaccionan de manera instantánea ante un estímulo, movidos por su instinto. Por el contrario, durante nuestra evolución, el cerebro humano se expandió, provocando también la expansión de la entrada y la salida. Esta variación, unida al desarrollo del córtex y la corteza prefrontal, es la que nos permite desconectar en un momento determinado para llevarnos a otros mundos, para viajar a otros lugares. Es la fuente inagotable de la imaginación. Todo ello facilita la reflexión y nos lleva más allá de nuestros instintos, ya que podemos analizar nuestras opciones antes de decidir qué hacer.

A pesar de la estrecha relación que guarda la imaginación con la corteza prefrontal, la creatividad no depende de una región cerebral concreta; sino que surge de la interacción de miles de neuronas que emiten impulsos eléctricos. Esta interacción es posible cuando somos capaces de absorber entradas dispares y es la que nos permite crear algo nuevo. En este sentido, me sorprende cómo el documental desmonta el mito de la creatividad, pues la tesis en la que se incide es que para ser original no es necesario crear algo de la nada. En concreto, según el novelista Michael Chabon, “la originalidad en sí no existe, es mentira”. Para él, lo que creamos es único porque nuestras experiencias de vida son únicas, porque somos capaces de “crear algo extraordinario a partir de lo ordinario”.

Además de las opiniones de diferentes artistas y profesionales del mundo laboral, en el documental se hace referencia a un proyecto de estimulación de la creatividad en la cárcel, que me parece muy humano y emotivo, así como un gran logro para la reinserción de los presos en la sociedad. A partir de un taller de escritura, se ha conseguido la transformación de estas personas, que se encontraban totalmente manchadas por su delito y habían dejado de valorarse a sí mismas. Creo que es fascinante observar cómo son capaces de sacar provecho del taller y demostrar que la creatividad es una cualidad que tenemos todas las personas. Además, también se profundiza en el cambio de paradigma de la enseñanza en una escuela en la que los resultados académicos eran muy bajos, y que gracias a la creatividad se transformó por completo.

En cuanto al proceso creativo, Eagleman destaca tres formas para sacar provecho a la creatividad: en primer lugar, luchar contra la comodidad y salir de nuestra zona de confort; en segundo lugar, ir más allá de nuestros propios límites y explorar diferentes posibilidades; y, por último, no tener miedo al fracaso, ya que, aunque sea doloroso, es parte del aprendizaje. Otros autores, como Julia Cameron en su libro “El camino del artista” defienden este pensamiento.

Generalmente, tendemos a evitar el fracaso porque es arriesgado e incómodo, pero también puede ser gratificante y constructivo. Los errores, la desesperación y el fracaso despiertan la creatividad en los protagonistas de “The Creative Brain”, haciéndoles desarrollar su capacidad resolutiva para salir de donde se encuentran, para cambiar de rumbo. Las experiencias que vivimos, por tanto, son la materia prima que el cerebro usa para crear. Cuanto más abundantes, amplias y ricas sean estas experiencias, mayor creatividad tendremos.

En otras palabras, la creatividad no implica un proceso de creación desde cero, sino más bien una combinación de dos o más ideas diferentes, que te llevan a una tercera idea propia. En mi opinión, esta idea es el pilar de nuestra profesión como músicos. La sociedad está cambiando continuamente y es imprescindible que comencemos a arriesgarnos, que fracasemos y salgamos de nuestra zona de confort. Es urgente que no tengamos miedo al fracaso, ya que es parte del aprendizaje y nos hace superarnos. Porque para transformar este mundo, cuyo ritmo se acelera inevitablemente, necesitamos personas creativas.

 

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